Modelo de entrega a Dios

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a) “He aquí la esclava del Señor” (Lc. 1,38). Vaso insigne de devoción, que se entrega a Dios. Modelo de consagración al Corazón de su Hijo. Con lo que supone de negativo, de negarse al mundo, a sus pompas y obras, en cuanto nos aparta de Dios. Y con el efecto positivo de unirse a Dios, interesarse por sus cosas, esforzarse por cumplir su voluntad, 
estimar por sobre todas las cosas agradarle a EL. Revisemos con la esclava del Señor si estamos entregados al mundo o consagrados a Cristo: a qué dedicamos nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra atención, nuestras preocupaciones y afectos? 
b) “María meditaba estas palabras en su Corazón” (Lc. 2,19). Sin oración no hay entrega a Dios. Y la Virgen entregaba a Dios sus pensamientos –que son el motor de nuestras acciones-, meditando en las palabras que Dios ha dirigido a los hombres. Roguemos frecuentemente a nuestra Madre que nos enseñe a orar, oración costosa para nuestro 
espíritu distraído, pero reposo fecundo para nuestra espiritualidad y apostolado. Cuáles son las dificultades de mi oración y qué hago para superarlas? bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

Fuente: cristorey.org