Madre de la divina gracia

Autor:
  

Esto rezamos en las letanías de la Sma. Virgen. Si por Ella, por el "sí" pronunciado ante el ángel Gabriel, Jesucristo se encarnó, y haciéndose hombre hizo posible que la humanidad volviera a participar de la gracia de Dios, entonces María es también la Madre de esa gracia divina.

Pero, ¿qué es realmente la gracia? Es todo don que recibimos "gratuitamente" (por eso se llama gracia) de Dios. Ahora bien, no tienes que imaginar la gracia como algo indefinido que se desprende de Dios y llega a nosotros de alguna manera; la gracia divina es Dios mismo que se hace don y se entrega a nosotros. Ese don es, ante todo, Jesucristo, a quien el Padre nos envió para que se entregara por nosotros y viviera en nuestro corazón por siempre. Estar en gracia de Dios es participar de su misma presencia en nosotros.

"Yo soy la vida", dijo Jesús; y en otra ocasión dijo también: "Yo vine para que todos tengan vida y la tengan en abundancia". Tener vida es poseer a Jesús, ser parte de su intimidad divina, de su infinito amor.

El gran regalo de la redención es el Amor mismo de Dios hecho don para el hombre. Ese Amor que es el Espíritu Santo, la tercera persona de la Sma. Trinidad. Por eso S. Pablo nos recordaría que "somos templo del Espíritu Santo", y nos invitaría a tratar nuestro cuerpo como el lugar donde habita Dios. Por eso se te ha dicho, desde que eras niño, que lo más importante en nuestra vida es conservar la gracia santificante. Por eso hay santos, como Sta. María Goretti, que han dado su vida antes que perder la gracia por el pecado.

María es Madre de Jesús, quien es la vida, la gracia, el don del Amor de Dios hecho hombre. Ella fue quien primero recibió esta gracia, naciendo sin pecado original, siendo concebida inmaculada. Ella, después, hizo posible que nuestro Padre celestial nos regalara la vida eterna por obra de Jesucristo nuestro Salvador.

Fuente: cefid.com