Nuestra Señora de la Ancianidad 

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

. Hay palabras, que se usan indistintamente, pero cada una de ellas tiene un matiz especial, por ejemplo, personas mayores, personas de la tercera edad, ancianos..., todas ellas tienen de común la cantidad de años; pero la palabra anciano conlleva la idea de experiencia, de veneración. Para muchos pueblos ha tenido una gran importancia el consejo de los ancianos, quienes eran conocedores de la historia, guardadores de las tradiciones y cargados de experiencia, todo ello les merecía un gran respeto, cuando se pronunciaban sobre algo.

. La fugacidad de la vida no nos hace valorar muchas veces el peso de los años con lo que lleva consigo de sabiduría; nos emborracha todo lo nuevo, lo joven, que sin negarle su valor, no podemos afirmar que siempre sea lo mejor, pues, hay cosas que en vez de envejecerse, deteriorarse con el tiempo, van adquiriendo un valor añadido.

. El ser anciano lleva consigo unos valores, que sólo se consiguen con el aprovechamiento del paso del tiempo, la persona que llega a ser anciana no sólo ha acumulado años en su vida, también experiencia y sabiduría, elementos necesarios para sacar el máximo jugo a la vida.

. No todas las personas llegan a una edad provecta, en la Sagrada Escritura se consideran como una bendición de Dios. Acerca de los años que María vivió en la tierra después de la Ascensión del Señor no nos dice nada el Nuevo Testamento, poco conocemos al respecto, los evangelios apócrifos han sido en esto extremadamente generosos..., y numerosos.

. A finales del siglo pasado se divulgó la creencia de que María había muerto en Éfeso a los 63 años, donde se veneraba el sepulcro de Juan Evangelista, de ahí surgió la idea de que María había estado junto a él en esta ciudad. Hoy no encontramos ningún mariólogo serio que siga esta tesis, todos reconocen la tradición en favor de que vivió con Juan en Jerusalén, ya que tiene fundamentos muy sólidos como son la tradición del sepulcro de la Virgen en Getsemaní y su tránsito en la Santa Sión de Jerusalén.

. La Vida de María más antigua, que ha llegado a nosotros, se la debemos al monje bizantino Epifanio de Constantinopla, que vivió a finales del siglo Vlll y principios del lX, se trata de un breve relato, equivalente a una homilía de regular extensión, el encabezamiento es: Tratado de la vida y los años de la Santísima Madre de Dios. El título está justificado por el interés que muestra en establecer una cronología precisa del desarrollo de la vida de María. Al final de su obra nos dice: Después de la Ascensión de su Hijo estuvo en la casa de Juan, el teólogo, en la Santa Sión, viviendo con él y con los que estaban allí por espacio de 24 años. Son en total, pues, 72 años.

. En Jerusalén encontramos dos basílicas referidas a los últimos años de María, una dentro de los muros de la ciudad, la de la Dormición regentada por los Padres Benedictinos, en la puerta de entrada están escritas estas palabras: Aquí vivió y murió la Virgen María; la otra, la del sepulcro de María, se halla bordeando los muros en dirección a Getsemaní.

. La tradición nos dice que María había llegado a una venerable ancianidad, esta creencia nos tiene que avivar nuestra devoción a María, pues, la contemplamos mucho en sus años de niña, madre junto a su Hijo, parece que no ha calado en el pueblo cristiano esa tradición de contemplarla como anciana venerable, cargada de experiencia y acogedora.

. Muchos ancianos viviendo con sus hijos o en residencias creadas para ellos tienen en María anciana un modelo a imitar para suavizar sus años penosos, unas veces por los achaques y enfermedades, otras por el olvido o poco aprecio de los suyos. Ella vivió de prestado en casa de Juan, pero nunca se sintió molesta, pues, su papel en la primitiva iglesia era notorio y necesario por su condición de Madre de Jesús. Qué pena que se perdiese un fresco pintado por un navarro de nuestros días, Sinués, y que durante algún tiempo se veneraba en una capilla particular a unos 100 metros de la catedral de Pamplona, propiedad de Dña. Felisa Juanto!. Representaba a María con pelo gris, una raya lo dividía en dos partes iguales, reflejaba la veneración de una mujer cargada de años, y se pensó que fuese la titular de una Residencia de Viudas.

. Santa María de la Ancianidad, cuida de los pequeños, acoge a los adolescentes, guía a los jóvenes, anima a los mayores.