Buenos días, Madre fiel. ¡Vaya adjetivo! Hoy casi brilla por su ausencia. Este valor o virtud no se quiere comprender , no se mide en su auténtica dimensión y como consecuencia, abundan las rupturas en las amistades, en los matrimonios y hasta en la vida religiosa.
En esta sociedad no tiene mucho sentido para algunos. Lo bueno es hacer lo que cada cual anhela. La fidelidad es cosa de héroes.
Y sin embargo, Madre, sumergido en la fidelidad que tienes al Padre a lo largo de tu vida en la Sagrada Escritura, me quedo anonadado y con el deseo de ser fiel siempre a tu amor. El se mantiene misericordioso y fiel
María, tú nos acoges a todos en tus brazos de Madre y en tu corazón tierno y delicado para con todos tus hijos e hijas.
María, haz que en este tiempo en el que transcurre nuestra vida, me mantenga fiel a los proyectos de Dios sobre mi humilde persona.
Fuente: autorescatolicos.org