Causa de nuestra alegría

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

María, gracias por encontrarme hoy ante ti con mi alma plácida, con mi sonrisa interior abierta de par en par a tu alegría que me llega desde la fuente de tu rico manantial interior.

Y mis ojos te contemplan llenos de alegría porque me brota del corazón una paz interior tan grande que ante ti me derramo en lágrimas emotivas.
Me nace esta alegría de tu Hijo. Y como hijo tuyo y como cristiano experimento que la alegría es inherente a mi esencia de creyente. Lo dice el Evangelio: “Esta siempre alegres; os lo repito, estad siempre alegres”. Tu Hijo nos ha dejado su Espíritu para alegrar nuestra vida, incluso en los momentos difíciles.
Y me siento a gusto ante tu imagen porque te veo alegre. No eres la Virgen de las procesiones, tristes y llorosas en plena Pasión de su Hijo. Prefiero verte alegre como cuando cantabas el canto del Magnificat, en el cual decías y dices: Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
Cuando hoy veo tristeza a mi lado, me acuerdo de las palabras de Felipe Neri, recogidas después por san Juan Bosco: “Un santo triste es un triste santo”.
El mismo D. Bosco decía a sus alumnos: “La santidad consiste en estar alegres”. Todo tiene su inicio en la visita del Ángel: “Alégrate”.
María, haz que expanda el gozo de ser tu devoto.

Fuente: autorescatolicos.org