María Madre de la Misericordia

Monseñor Albert-Marie de Monléon, o.p. Obispo de Meaux.

 

En la oración del Salve Regina, la Iglesia nos hace invocar a la Virgen María bajo el hermoso título de “Madre de la Misericordia” y nos pareció que podíamos empezar esta peregrinación a la misericordia meditando sobre el sentido de esta invocación : “María Madre de la Misericordia”.

Porque la Santísima Virgen, por muchas razones , es verdaderamente una de las grandes puertas de entrada en la misericordia divina y es lo que quisiera intentar demostrar por algunas pistas. Ella puede ayudarnos de una manera muy particular a comprender lo que es la Misericordia divina y a acogerla. Por ella podemos verdaderamente reconocer la Misericordia.

UNA BREVE DEFINICIÓN DE LA MISERICORDIA 

Sabemos muy bien a la vez lo que es la misericordia y al mismo tiempo nos es difícil dar una verdadera definición. Para presentar a María como Madre de la Misericordia, me fundo esencialmente en la Encíclica del Santo Padre Juan Pablo II “Dios rico en Misericordia”. (D.M.) que escribió en 1980, durante el tercer año de su pontificado. Este documento refleja la enseñanza de Sor Faustina , puesto que , como lo saben ustedes , el Papa Juan Pablo II venía a rezar cuando estaba en Cracovia, cuando era joven sacerdote.

La Misericordia es el hecho de tener , como lo indica la etimología de la palabra, el corazón conmovido por la miseria de los otros , y precisa el Papa , “este amor misericordioso se manifiesta ante todo en contacto con el mal moral y físico”.(D.M.n°9). La misericordia es la compasión delante de cualquier sufrimiento, cualquiera desgracia, pero también ante el pecado y las destrucciones que acarrea. Además es en este número 9 de la encíclica que encontramos un comentario completo sobre María Madre de la Misericordia.

LA COMPASIÓN DE LA VIRGEN MARÍA COMO MADRE. 

Creo que la Virgen María tiene esta compasión para todo sufrimiento físico y moral, primero siendo madre.

Pues sabemos que las madres, naturalmente, tienen una ternura, una compasión espontánea para aquellos que sufren y para los que, de una u otra manera están heridos por el mal. El ser humano, para acoger a una mujer como madre tiene que aceptar su ternura maternal, el amor misericodioso que suele manifestar.

Como lo subraya el Papa : el amor misericordioso en María “se funda sobre el tacto singular de su corazón materno , sobre su sensibilidad particular, sobre su especial aptitud (se repiten tres veces la misma idea) para llegar a todos aquellos que aceptan más fácilmente el amor misericodioso de una madre”. (D.M.n°9) La Virgen María , en su extrema sensibilidad, en la integridad admirable a la vez de su naturaleza humana y de la gracia, experimenta una materna compasión por todo sufrimiento, por todo mal moral y físico.

La Constitución del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia insiste en la intercesión de María, su amor materno que se hace siempre presente : “con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo que todavía peregrinan y se hallan en peligro y en ansiedad, hasta que sean conducidos a la patria bienventurada” (Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Iglesia n°62.15). En efecto, uno de los aspectos de la misericordia, de la compasión de Dios, de Jesús, de María estriba en prepararnos y abrirnos a la felicidad eterna.

MARÍA, LA PRIMERA “MISERICORDIADA” ANUNCIA LA MISERICORDIA.

Hay otra razón por la que María es misericordiosa y madre de la misericordia : sin ningún mérito por parte suya, aunque después por toda su vida y su dolor, ha merecido en cierto modo corresponder a tal Misericordia , ella es , de alguna manera, la primera “misericordiada” si podemos utilizar este neologismo.

Ella está conturbada cuando le anuncia el Ángel que llena de gracia, va a ser la Madre del Salvador.El mundo nuevo que se abre con el misterio de la Encarnación empieza por esta apertura del corazón misericordioso de María que descubre cuánto la quiere Dios, cuánto la quiere el Padre, cuánto la privilegia su inmensa misericordia.

En la oración del “Magnificat” cantada por laVirgen María durante su visita a su prima Isabel, María proclama que la misericordia de Dios “ llega a sus fieles de generación en generación”. Esta misericordia infinita que la llenó de gracia la hace deseosa de compartir la misericordia.

Para ser misericordioso es necesario que nosotos mismos hayamos experimentado la misericordia. En este sentido, acoger la misericordia , experimentarla en sí mismo es fuente de dinamismo y llamada evangélica , de anuncio misionero de la misericordia.

Cuando nosotros mismos hemos experimentado la misericordia de Dios y, por lo tanto, nuestro corazón se ha abierto a la miseria, con el contacto del mal físico y moral, es cuando deseamos dar a conocer la misericordia.

EL SACRIFICIO DE LA VIRGEN MARÍA :
PARTICIPACIÓN ESPECÍFICA EN LA REVELACIÓN
DE LA MISERICORDIA.


Cito otra vez al Santo Padre : “María es la que de manera singular y exepcional, ha experimentado-como nadie- la misericordia y , también de manera exepcional, ha hecho posible con el sacrificio de su corazón la propia participación en la revelación de la misericordia divina.”()D.M. n°9 §2

María, desde la presentación en el templo , y seguramente, desde el anuncio del Ángel en el momento de la Anunciación, ha sabido , gracias a su conocimiento y a su amor de la palabra de Dios, que aquella acogida al Mesías, al hijo del Altísimo, quien ha de salvar a su pueblo, no se haría sin sufrimiento. Su alma traspasada por la espada, a imagen y semejanza de la espada que traspasó el corazón de Jesús, abre a María a la misericordia y le permite ser la que asiste de algún modo a la Revelación de la Misericordia divina, y ella es también la que le permite tomar cuerpo en el Hijo de Dios hecho hombre. Él es la misericordia encarnada. María es madre de Él que es la “Misericordia”.

Continúo la lectura : “Tal sacrificio está estrechamente vinculado con la cruz de su Hijo, a cuyos pies ella se encontraría en el Calvario.Este sacrificio suyo es una participación singular en la revelación de la misericordia, es decir, en la absoluta fidelidad a Dios al propio amor Amor, a la Alianza querida por Él desde la eternidad definitivamente cumplida a través de la Cruz. (D.M. n°9§2 )

Tal vez ustedes hayan notado que procuré subrayar la diferencia entre el alma de María traspasada por una espada y el corazón de Jesús traspasado por la lanza del soldado romano. Los textos evangélicos, tanto en San Lucas como en San Juan, son muy específicos.A veces, hablan del corazón traspasado de María, pero san Lucas habla del alma traspasada y creo que tal diferencia marca, entre otras cosas, una manera singular y especial por parte de María, de vivir la Misericordia. Es su alma, o sea todo lo que en ella es principio de vida, que está profundamente estremecido, desgarrado por el sufrimiento, por el pecado y especialmente por la muerte de su Hijo. El corazón de Jesús expresa todo el designo de amor de Dios que se abre para hacer misericordia a los hombres.

“Nadie ha experimentado como la madre del Crucificado el misterio de la Cruz, el pasmoso encuentro de la trascendente justicia divina con el Amor : el “beso”dado por la Misericordia a la Justicia” (D. M. n°9 § 2 ).

Aquí, el Papa se refiere al salmo 85 versículo 11, donde está escrito : “amor y justicia se encuentran”. Ustedes saben que esta distinción entre justicia y misericordia aparece varias veces en Sor Faustina cuando especialmente el Señor le habla del tiempo de la Justicia que vendrá antes del tiempo de la Misericordia. Pues bien , en María, se encuentra como reconciliada y trascendida esta justicia que abunda en misericordia.

MARÍA PUERTA DE LA MISERICODIA.

“Nadie como ella, María, ha acogido de corazón ese misterio : aquella dimensión verdaderamente divina de la redención, llevada a efecto en el Calvario mediante la muerte de su Hijo, junto con el sacrificio de su corazón de madre, junto con su “fiat” definitivo”. (D. M. n° 9 § 2 ).

María pues es la que “conoce más a fondo el misterio de la misericordia divina. Sabe su precio y sabe cuán alto es. En este sentido la llamamos también Madre de la misericordia : Virgen de la misericodia o Madre de la divina misericordia ; en cada uno de estos títulos , se encierra un profundo significado teológico, porque expresan la preparación particular de su alma, de toda su personalidad, sabiendo ver primeramente a través de los complicados acontecimientos de Israel, y de todo hombre y de la humanidad entera después, aquella misericordia de la que “por todas las generaciones” nos hacemos partícipes según el eterno designo de la Santísima Trinidad”. (D. M. n° 9 § 3 ).

María a los pies de la Cruz participa extrema, profunda y vitalmente en la revelación de la misericordia al recibir, junto con San Juan como a su Hijo, a todo hombre, ella es la puerta de la misericordia. Ella conoce más que cualquiera, cuán amplio y profundo es el misterio del mal , del pecado y de la culpa por los cuales muere y sufre Jesús y, al mismo tiempo, ella es la que puede mejor abrir el corazón del hombre a la misericordia de Dios.

Yo tenía un amigo pastor protestante, el Pastor Thomas ROBERTS, que tenía un verdadero conocimiento del misterio de María ; él decía algo así ; María a los pies de la Cruz ; por su materna compasión permite a todo hombre el acceso al misterio de la Pasión y de la Salvación del Señor.

Algunos entre ustedes habrán visto quizás “La Pasión” de Mel Gibson ; no la vi, pero me han contado varias personas una bellísima escena en la que San Pedro, después de su negación, viene a echarse a los pies de María.Verdaderamente es ella la que permite, la que abre el corazón a la misericordia. La Virgen María a los pies de la cruz, en su compasión, tiene una sed ardiente, que todo hombre saque de los tesoros infinitos de la misericordia de Dios, de la Fuente inagotable de la misericordia de Cristo, su corazón abierto.

La Virgen María desea , como lo expresa San Pablo a propósito del misterio del Padre, que todo hombre sea salvado ; ella es , lo repito, quien ha experimentado profundamente en sí misma, el sufrimiento que necesita la Salvación y que causa la negación de la Salvación. Llama mucho la atención ver, en los grandes santuarios marianos, cuánta gente es atraída, como si experimentara por instinto, la compasión de María por todos los sufrimientos,la ternura de María hacia sus hijos que sufren.

La Virgen María , pues, es Madre de la misericordia, no sólo porque ella es la primera “graciada” y de una manera singular, sino también porque, como tal, ella sabe y quiere atraer a todo hombre hacia la misericordia,pero lo es plenamente a los pies de la cruz, como aquella que puede abrir los corazones a la misericordia de Dios y a la compasión por todo sufrimiento y la miseria de los demás.

Hemos de pedir por la intercesión de María, que nuestros corazones de piedra se hagan corazones de carne, o sea verdaderamente sensibles al misterio del mal y del pecado.

MARÍA : MADRE COMPASIVA PARA TODOS LOS QUE SUFREN.

Creo que María tiene una compasión de misericordia muy especial para aquellos entre sus hijos que más sufren. Es Señor dice a Santa Faustina que hay predilecciones en su misericordia, y laVirgen María también tiene sus predilectos. Creo recordar, pues no he vuelto a leer recientemente todos los textos de Sor Faustina en los cuales habla de las apariciones o de las manifestaciones de la Santísima Virgen, que la presencia de María que le marca su predilección es casi siempre una presencia de consuelo y de apoyo en sus pruebas, sus sufrimientos.

Así pues, la Virgen María tiene una compasión particular para aquellos y aquellas que sufren, que están afectados por el mal. Creo que esta compasión particular de María se puede comprnder bajo la luz del texto de Génesis 3, 15. Éste evoca lo que dijo el Señor a la serpiente, enemiga de la humanidad, Embustera y destructora del hombre :”Enemistad pondré entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo, él te pisará la cabeza mientras acechas tú su alcañar”

Es un texto rico y difícil, pero me parece que podemps comprender, leyéndolo, que el demonio, no teniendo ningún poder contra María, tiene para ella una hostilidad tan terrible que,no pudiendo alcanzarla en ella misma, procura herirla en sus hijos : “ tú la acecharás en su calcañar”.En sus hijos o sea a la vez a los que María quiere de una manera particular y también en los más débiles. Desgraciadamenteesto caracteriza bastante bien la actuación del demonio contra ma humanidad, a saber acometindo a los más débiles, particularmente a los niños, a los ancianos, a los enfermos, con esa enemistad, ese odio destructor que le caracteriza. Pues, pienso que la Virgen María tiene una compasión, una misericordia particular para estos hijos, ya que ella sabe que él intenta alcanzarla en lo que va a herirla más, o sea poniendo a prueba a aquellos predilectos suyos ; tal fue el caso, por supuesto, de Cristo en cruz.

MARÍA ABRE EL CORAZÓN DE LOS HOMBRES A LA MISERICORDIA DE DIOS

Me parece que la compasión de María está siempre presente en la historia de los hombres ; el Papa nos recuerda, citando el Concilio, que María sigue manifestando su ternura por los hombres. Su amor no cesa, y gracias a ella, Dios sigue manifestando su misericordia en la historia de su Iglesia y de la humanidad. Su “Misericordia que se extiende de generación en generación” ( Lc 1,50 ). 
Este rasgo llama particularmente la atención en las diversas apariciones marianas. Las apariciones que son reconocidas por la Iglesia desde hace uno o dos siglos, vienen todas de la compasión de María por la humanidad herida por el pecado, la guerra o las diversas pruebas. A lo largo de la historia y quizás más en estos tiempos que son los últimos, Maríaintenta atraer a los hombres a la misericordia de Dios, llamándoles además al arrepentimiento. Pues la misericordia no es la negación o una cierta especie de olvido del pecado, de la injusticia, de la mentira.

El Papa escribe que el perdón supone el cumplimiento de la justicia, de la reparación : no es hacer solamente como si no pasara nada. Así pues María invita a sus hijos a la conversión, a volver a la misericordia para acoger a la misericordia : “Cristo subraya con tanta insistencia la necesidad de perdonar a los demás que a Pedro, el cual le había preguntado cuántas veces debería perdonar al prójimo, le indicó la cifra simbólica de “setenta veces siete” queriendo decir con ello que debería saber perdonar a todos y siempre. Es obvio que una exigencia tan grande de perdonar no anula las objetivas exigencias de la justicia.La justicia rectamente entendida constituye por así decirlo la finalidad del perdón.. En ningún paso del mensaje evangélico el perdón, y ni siquiera la misericordia como su fuente, significan indulgencia para con el mal, para con el escándalo, la injuria, el ultraje cometido.En todo caso,la reparación del mal y del escándalo, el resarcimiento por la injuria, la satisfacción del ultraje son condición del perdón”. (D .M .n°14)
Así pues la Virgen María nos pide que reparemos los ultrajes cometidos, ya que la reparación y el arrepentimiento son una forma de ejercicio de la misericordia y nos hace capaces de acoger la misericordia en todo.

ANUNCIAR LA MISERICORDIA : UNA LLAMADA URGENTE.

No necesitamos reflexionar mucho para saber cuánto sufrimiento de todo tipo físico y moral personal y colectivo existe a nuestro alrededor y en el mundo. Por eso nuestro tiempo necesita urgentemente descubrir la misericordia. Santa Faustina de Lagiewniki, y el Papa Juan Pablo II nos dan a entender esta llamada urgente de acudir a la misericordia, a la misericordiosa ternura de Dios para los hombres. “Ha llegado la hora de hacer llegar el mensaje de Cristo a todos : particularmente a aquellos cuya humanidad y cuya dignidad parecen perderse en el misterio de iniquidad”. (Homilia del Papa juan Pablo II, domingo 18 de agosto del 2004 . Cracovia).

Sin embargo tenemos que preguntarnos : ¿ por qué este mensaje tan importante del Santo Padre, repitido en sus enseñanzas, tiene relativamente pocos ecos, por parte de los Católicos y en la vida de la Iglesia ? 

Hay como una sordera, una no aceptación de la misericordia que Dios propone a la humanidad : por eso delante de esta sordera, pienso que María nos es dada para que podamos oír el grito de la misericordia que llama a sus hijos.

En esta peregrinación a Lagiewniki, como Juan el amadísimo apóstol, aceptemos tomar para nosotros, con nosotros, a María Madre de la misericordia. Roguemos a la Virgen María que nos lleve hacia la comprensión del misterio del Amor infinito del Padre misericordioso, en Jesús, por todo hombre, por todo el hombre. No temamos que Dios nos haga Misericordia para que, siendo siendo “misericordiados”, en nuestro torno, podamos nosotros también ser testigos y artesanos de la misericordia en nuestro mundo


Intervención de Monseñor Albert-Marie de Monléon, o.p. Obispo de Meaux.
Lagiewniki, viernes 16 de abril del 2004

Texto de la conferencia dada en francés por Monseñor Albert-Marie
revisada por él mismo. 

Fuente: missionnairesdelamisericorde.cef.fr