Madre amable

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“La Madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”” (Jn. 3,3). Nuestra Madre, Madre buena, cuida de nosotros. Después que ha llegado la hora de Cristo, y Ella ha sido coronada Reina del Cielo, por su medio, además de la gracia santificante, nos vienen todas las gracias; Ella las alcanza de su Hijo. Alegrémonos de tener tal Madre y dejemos que lo 
sea de verdad para nosotros. No la marginemos en nuestra vida. No la olvidemos, ni aunque pequemos. Y procuremos siempre ser dignos hijos suyos. 
b) “Cómo se me concede que venga a mí la Madre de mi Señor” (Lc. 1,43). Nada más saber por el Angel que su prima iba a dar a luz, se pudo en camino para ir a servirla. 
Asombroso ejemplo de amabilidad servicial y humilde! Es elevada a la mayor dignidad de Madre de Dios, y acto seguido va a servir como asistenta a una casa. A una madre no le cuesta trabajar por sus hijos! Nos costará a nosotros trabajar por nuestros hermanos, hijos de nuestra misma Madre del cielo?