Virgen clemente

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a) “Estaba junto a la Cruz de Jesús su Madre” (Jn. 19,25). Y allí, del Corazón traspasado de su Hijo, adquirió la mayor clemencia y misericordia hacia todos los hombres. Y pues de todos es hecha Madre, su Corazón se ensancha tanto como para que todos quepamos en él. Cristo pide perdón para quienes le crucificamos, y María nos recibe por hijos. Cuánto 
más dispuesta está a perdonarnos, que nosotros, a pedirle perdón! Que nunca desconfiemos de la Reina y Madre de misericordia. Qué en nuestra pequeñez estemos siempre llenos de clemencia con los demás. 
b) “El diablo, como león rugiente, da vueltas a nuestro alrededor buscando a quien devorar” (1 Ped. 5,8). Nuestra lucha no es contra la carne, sino contra los espíritus del mal (Ef. 6,12), pero en ella nos ha de valer con su clemencia la Virgen que tiene a la serpiente bajo los pies. Descubrimos en nuestro contorno los ataques del mal espíritu? 
Imploramos por medio de la Virgen la clemencia divina en la lucha del mundo entre el bien y el mal? Perdón y clemencia, perdón y piedad! 

Fuente: cristorey.org