Espejo de santidad

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a) “El Poderoso ha hecho cosas en mí cosas grandes” (Lc. 1,49). Tan grandes que no le 
basta toda la vida a un hombre para descubrirlas, ni ha acabado de hacerlo en veinte siglos la Iglesia. Dios no ha querido ocultar sus prodigios; nos lo propone como espejo de santidad. Y nos cuenta dónde y de qué vivía, con quiénes y cómo, para que sigamos sus ejemplos de vida santa en sencillez, oración y caridad al prójimo. Virgen admirable, contemplamos tu vida terrestre para compartir contigo tu gloria celestial? 
b) “María ha elegido la mejor parte” (Lc. 10,41). La mejor parte de la hermana de Marta era sentarse a los pies del Señor y escuchar su palabra. Cuánto más cerca del Señor y de su palabra estuvo la Virgen santa! Ella sí que supo elegir la mejor parte: el buscar el Reino de Dios y la santidad. Eso busco yo? Qué elijo? Me miro en el espejo de mi Madre, 
para parecerme a Ella y bien merecer? Damos gracias al Señor que tal espejo nos presenta para que copiemos, o sólo buscamos otros modelos de moda? 

Fuente: cristorey.org