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Virgen
poderosa
Padre Mariano de Blas, L.C
A la más poderosa
de las Reinas, Dios no le niega nada. Se le llama La omnipotencia
suplicante. Semper vivens ad interpellandum pro filiis suis: Que
vive siempre para interceder por sus hijos.
“No tienen vino”, dijo en una boda. Y qué vino más exquisito
se bebió en Caná. Los que se acogen a Ella no deben tener miedo
a nada. Ni al demonio, ni a la muerte, ni a los peligros.
El rosario parece una oración frágil, y como propia de
abuelitas, pero Dios ha querido que sirva para detener los
cañones y las bombas. La tierna Virgencita es el terror del
infierno entero. Por eso los devotos de María no tienen nada que
temer.
Buscar una alianza perpetua con María de Jesús equivale a ser
inexpugnable en la lucha por el cielo. Ella es la puerta del cielo
y la causa de nuestra alegría. Los hijos de María son personas
muy alegres, como su Madre. No se explica que los hijos e hijas de
María Santísima se dejen morder por la serpiente de la
desesperanza y del temor. No tienen ningún temor.
Fuente:
autorescatolicos.org
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