Trono de Sabiduría

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a) “Quien me obedece no quedará avergonzado” (Eccli. 24,22). Palabras de la Sabiduría, que la Iglesia pone en la Madre del Salvador. Bien es trono de la Sabiduría quien la llevó en su seno nueve meses. Maestra de teólogos y Reina de doctores, cuántos han recibido su ciencia de Ella, desde San Juan Bautista antes de nacer! Imitemos y pidamos su buen saber, para no quedar nunca avergonzados como los que repetirán eternamente el grito desesperado: “Nos hemos equivocado”(Sap. 5,6). Esa es la ciencia verdadera, la que da frutos de vida eterna, soy yo su discípulo o únicamente me intereso por la ciencia vana y quizá con presunción? 
b) “Quien encuentra una perla preciosa, vende todo lo que tiene para comprarla” (Mt. 13,46). Esa perla es la Sabiduría del Reino de los cielos. Genial comerciante quien la descubre y se decide a cambiar por ella cuanto tiene. Así lo hizo la Virgen de Nazaret, dio hasta su voto de virginidad. Así lo hacen sus primogénitos, que la imitan dejando 
cuanto tienen y siguiendo a Cristo con los tres consejos de perfección evangélica: pobreza, castidad y obediencia. Cuánto estimo yo esa sabiduría y qué he dado por adquirirla y ejercitarla?

Fuente: cristorey.org