Fátima: un mensaje de paz

Arquidiócesis de Madrid, España

 

Hace poco, en el Pequealfa os hablábamos de los pastorcillos de Fátima. ¿Os acordáis? Decíamos que eran dos niñas, Jacinta y Lucía, y un niño, Francisco, que vivían en un pueblecito muy pequeño de Portugal. A pesar de su corta edad, eran increíblemente responsables y buenos. Ayudaban mucho a sus padres, rezaban mucho y se acordaban e intentaban socorrer a las personas que tenían problemas y necesidades. Un buen día, estando los pastorcillos cuidando su rebaño les ocurrió algo impresionante. Jacinta, Francisco y Lucía pudieron escuchar y ver a la Virgen María. No fue ésa la única vez que se les apareció. 
En todas las ocasiones en las que los pastorcillos pudieron ver a la Virgen, ésta les dijo cosas que debían transmitir al mundo entero. Eran cosas importantes, pero un poco difíciles de interpretar, porque estaban expresadas con símbolos. Esto que les ocurrió a los pastorcillos de Fátima se llaman revelaciones privadas. No siempre es fácil saber lo que significan, lo que Dios quiere decirnos con estos signos. Muchos piensan que lo que quiere es avisarnos de algo que va a ocurrir en el futuro, hacer una profecía, revelarnos algo para que podamos poner remedio, o estar preparados.

San Pablo, en su primera Carta a los Tesalonicenses, dice: No apaguéis el Espíritu, no despreciéis las Profecías, examinad cada cosa y quedaos con lo que es bueno. Lo que quiere decir es que no tenemos que pensar que las apariciones, o los signos que envía Dios a los hombres, pretenden dar explicaciones complicadas sobre el fin del mundo, u otras cosas que piensa mucha gente. Lo que realmente pretendía decir Jesús es que tenemos que saber bien el valor que tiene la oración que hagamos, la importancia de la penitencia, que no nos olvidemos de que Dios es más fuerte que todas las armas y todos los ejércitos.

La Virgen les reveló a los pastorcillos cosas muy importantes sobre sucesos que acontecerían a la Humanidad a lo largo del siglo XX. Sólo quedaba un secreto por saber, y éste fue descubierto por sor Lucía, la única pastorcilla que está con nosotros hoy, y que vive en un convento en Portugal. La Virgen les había dicho que un Obispo vestido de Blanco sería muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas. La Iglesia interpreta que la Virgen se refería al atentado que sufrió el Papa en 1981. Pero la importancia del secreto de Fátima no está en este suceso, sino en lo que Dios pretende que entendamos con la revelación. La Virgen María está con nosotros para alejarnos de los peligros. Fue ella la que advirtió a los pastorcillos para que todos los hombres supiéramos que la oración y la penitencia son importantes para nuestra salvación.

Fuente: Arquidiócesis de Madrir