La verdadera historia de Fátima

María de Guadalupe García Gonzalez y Juan Manuel Fernández Lazcano

 

Un resumen de la obra del Padre John de Marchi.
El siguiente resumen es sacado de la obra del Padre John de Marchi la cual intitulo como “LA VERDADERA HISTORIA DE FATIMA”. El propósito que perseguimos con este resumen, es el de mostrar los aspectos que consideramos relevantes y que se suscitaron durante el periodo de las apariciones para incitar a los lectores a ser devotos al “INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA”, nuestra adorada Madre. Persuadir, al auto sacrificio que en estos días es algo pasado de moda y molesto; a rezar el Santo Rosario con fervor y ofrecer con conciencia a Dios nuestro Señor los dolores y sufrimientos que Él en su divina gracia nos da a padecer.

El autor de la obra expresa su propio propósito. He aquí el mensaje que Nuestra Santísima Madre nos envía:

Sin exageración del autor, pero por el divino poder de lo que aquí se cuenta, este es uno de las mas grandes acontecimientos de la historia moderna. Los remarcables eventos sucedidos cerca de Fatima, Portugal, entre los meses de Mayo y Octubre de 1917, tienen gran importancia y un Nuevo significado con cada día que pasa; amigos y seguidores de Nuestra Señora de Fatima, de quienes trata este documento, se incrementan cada año incontablemente como testimonio de lo que aquí se revela es una gran verdad.

El autor es un testigo de esta gran verdad, habiendo vivido en Fatima muchos años y la pretensión básica de este documento es la de mostrar por primera ves a todos los hombres todos los acontecimientos con los cuales DIOS ha escrito el remedio que nos llevara a la paz.

El Ángel de la Paz, su primera visita- primavera de 1916

Para este entonces, Lucia era ya una experta pastorcita, con la compañía casi diaria de Jacinta y Francisco. Fue entonces cuando el Ángel apareció con su radiante claridad en el Cabeco. Este no parecía un ciudadano cualquiera del paraíso. Su presencia era irresistible. Lucia confiesa su completa inhabilidad para manejar el suceso con las palabras adecuadas, pero al menos trato de hacer lo mejor posible. Esta es su narración de lo que sucedió entonces en aquella primavera de 1916:

Cerca de media mañana comenzamos a subir la colina seguidos por nuestra oveja. Pasamos el día ahí no obstante que la lluvia había cesado y el sol comenzaba a salir en un cielo claro. Comimos nuestro alimento y comenzamos a rezar el Rosario. Después jugamos con piedrecillas. Apenas acabábamos de comenzar a jugar cuando un viento impetuoso sacudió los árboles, volteamos nuestra mirada hacia arriba viendo sorprendidos lo que sucedía, pues era un día tranquilo. Fue entonces cuando vimos a la distancia, sobre los árboles que se estrechaban hacia el este, una luz blanca como la nieve que tenia forma de un hombre joven, transparente y brillante como cristal atravesado por los rayos del sol. Conforme se acercaba a nosotros pudimos distinguir mejor sus facciones. Estábamos atónitos y absortos y no dijimos palabra alguna entre nosotros. Entonces nos dijo: “No se asusten, soy el Ángel de la Paz. Recen con migo”.

Él se postró, poniendo su frente contra el suelo. Con un impulso sobrenatural, hicimos lo mismo, repitiendo las palabras que escuchábamos de Él.

“Dios mío, Yo creo, Yo adoro, Yo espero y os amo. Te pido perdón por aquellos quienes no creen, no adoran, no esperan, no Te aman”.

Después de repetir este rezo tres veces, el Ángel se incorporo y nos dijo. “Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están prontos a escucharlos. Y entonces desapareció. Una atmósfera sobrenatural nos envolvió en los días siguientes y no comentamos el suceso.

Él Ángel de la Paz, su segunda visita.

Un día entonces, a la hora de la siesta, el Ángel se les apareció de nuevo y así es como Lucia lo narro: de repente vimos al mismo Ángel cerca de nosotros. “¿Qué es lo que están haciendo?” nos pregunto. “Deben rezar! Rezar! Los corazones de Jesús y María tienen designios misericordiosos para ustedes. Deben ofrecer sus plegarias y sacrificios a Dios, al Altísimo”. “¿Pero como hacer sacrificios?” Le pregunte. “En la manera que puedan ofrecer sacrificios a Dios en reparación por los pecados de quienes le ofenden y por el perdón de los pecadores. De esta manera traerán paz a su país, porque yo soy su Ángel guardián, el Ángel de Portugal. De todo, tolerar y aceptar con paciencia los sufrimientos que Dios les enviará”. Desde aquel momento, comenzamos a ofrecerle a Dios todas nuestras mortificaciones, todo lo que era difícil o no placentero; aún no hacíamos sacrificios extras como después aprenderíamos a hacerlo. Sin embargo si pasábamos horas y horas postrados en tierra, repitiendo y repitiendo la plegaria que el Ángel nos enseño.

El Ángel de la Paz, su tercera visita.

Mientras estábamos ahí (Lucia testifica), el Ángel se nos apareció por tercera vez, sosteniendo in sus manos un cáliz y bajo el Cáliz, una Hostia, de la cual algunas gotas de sangre se derramaban. Dejando el Cáliz y la Hostia suspendidas en el aire, se postro en tierra y repitió tres veces esta plegaria:

“Santísima trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Yo Os adoro profundamente y les ofrezco el santísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con las que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagradísimo Corazón y por la intercesión del Inmaculado Corazón de María Santísima, Os ruego por la conversión de los pobres pecadores.”

Después de esto, se incorporo y tomo de nuevo el Cáliz y la Hostia y me dio la Hostia a Mí y el contenido del Cáliz a Jacinta y Francisco, diciéndoles: “Tomen y beban el Cuerpo y Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por hombres ingratos. Por la reparación de sus crímenes y consuelen a su Dios.” Una vez mas se postro a tierra y repitió tres veces la misma plegaria, “Santísima Trinidad ... etc.” Después desapareció. Como en las dos anteriores apariciones del Ángel, dejo una atmósfera sobrenatural y dejo mudos nuestros labios por un momento. 

Nuestra Señora Aparece.

Se encontraban jugando en el campo, construyendo una casa con pequeñas piedras que recogían, Francisco era el arquitecto y su hermana y su prima recolectaban la materia prima. Comenzaba el asunto apenas a ser divertido cuando fueron perturbados por un relámpago de luz. Tiraron las piedras que traían en sus manos y miraron a su alrededor. No esperaban ver relámpagos en ese esplendoroso día, pero sea o no significaba alguna tormenta próxima. Los árboles no se movían. No había viento. El cielo estaba tan azul como nunca antes lo habían visto. “Debe ser una tormenta” Comento Lucia; “Creo que lo mejor será regresar a casa.” Comenzaron a recoger sus cosas y a buscar a la oveja, cuando repentinamente otro destello de luz, extraño e inexplicable los dejo desconcertados. Caminaron algunos pasos hacia el frente y entonces giraron sus cabezas hacia su derecha. Vieron a una dama, muy hermosa como nuca habían visto, no podían describirla, solo como Ella radiante y gloriosa. La Dama era joven - no mas de dieciséis años, parada sobre la rama mas alta y frágil de un árbol de roble, mirándolos hacia abajo con tierno interés. Era una Dama (Lucia describe), con ropas blancas y brillantes como el sol, radiando una luz mas intensa y clara que una copa de cristal pudiera hacerlo al estar llena de agua centelleante y encendida con la luz del sol quemante. “Por favor no tengan miedo de Mí” la Dama dirigiéndose a los niños. “No voy a lastimarlos”. Los miro entonces con algo de tristeza, como cuestionando su falta de confianza. Lucia, directa pero cortésmente pregunto. ¿De donde eres? “Vengo del Cielo” Ella les dijo. Esto les pareció razonable a los niños. La presencia de Ella provocaba en Lucia regocijo y confianza. “Quiero que regresen aquí los días trece de cada mes por los siguientes seis meses y a la misma hora” la Dama les dijo. “Después les diré quien Soy y que es lo que mas quiero”. Y debo regresar aquí por séptima ocasión.” Lucia pregunta “¿Iré al Cielo?” “Sí, lo harás” la Dama respondió. “¿Y Jacinta?” “Ella También.” “¿Y Francisco?” “Francisco también mi pequeña niña, pero primero debe rezar muchos Rosarios.” Lucia entonces pensó en sus amigos, sobre todo en dos de Ellos quienes recientemente habían fallecido. Lucia pregunto. “¿María Neves está en el Cielo?” “Sí, así es” “¿Y Amelia?” “Ella está en el purgatorio” La hermosa Dama le contesto. Esto entristeció a Lucia y sus ojos se llenaron de lágrimas. Miro a la Dama como preguntando si había algo que Ella pudiera hacer para ayudar a Amelia. Fue entonces cuando la Dama le preguntó algo que no solo concernía a Amelia, sino a todas las Almas. “¿Se ofrecerían ustedes mismos a Dios y las penas y sufrimientos que Él les envíe? ¿Todo en reparación por los pecados con los que es ofendido? ¿Y por la conversión de los pecadores?” “Oh, sí lo haremos, si lo haremos” Lucia contesto por Ellos. “Entonces, tendrán mucho que sufrir” la Dama dijo. “Pero la gracia de Dios estará con ustedes y los mantendrá firmes.” Al pronunciar estas palabras, abrió sus manos y fuimos envueltos en una luz celestial que parecía venir directamente de ellas. La luz realmente traspaso nuestros Corazones y nuestras Almas y sabíamos de alguna manera que esa luz era Dios. Un impulso nos llevo a arrodillarnos y oramos de corazón: “Oh, Santísima Trinidad, Yo Os adoro. Dios mío, Dio mío, Yo te amo en el Bendito Sacramento”. Los niños permanecieron de rodillas hasta que la Dama les hablo de cosas que les parecían extrañas. “Recen el Rosario todos los días,” Ella les indico, “para traer paz al mundo y el final de la guerra”. Entonces comenzó a elevarse lentamente hasta desaparecer. Sus corazones estaban llenos de paz y felicidad. Prometieron no decir nada a nadie y regresaron a sus casas. Mas sin embrago, Jacinta estaba ansiosa por contar a su Madre su hermosa experiencia. Esto les trajo sufrimientos, pues sus padres (sobre todo la Madre de Lucia) pensaban en que esto era mentira y al regarse la noticia el pastor del lugar y el Señor Arthur Santos, el Mayor de Vila Nova de Ourem, el condado al que Fatima pertenecía, los sometieron a una presión muy grande.

El 13 de Junio (segunda aparición) fueron al mismo lugar pero esta vez acompañados por amigos suyos. Comenzaban a rezar el Rosario cuando Lucia los interrumpió llamando a Jacinta, “¿No ves el resplandor?” “Nuestra Señora debe estar viniendo.” Los tres niños corrieron a un árbol de encino, mientras que los demás iban tras de Ellos. “Por favor dime, Madam,” Lucia suplicaba, “¿Que es lo que quieres que haga?” “Quiero que vengan aquí el día trece del próximo mes” la Dama les dijo. “Quiero que continúen rezando el Rosario todos los días. Y después de cada misterio, mis niños, quiero que oren de la siguiente manera: Oh Jesús Mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno. Lleva al Cielo todas las almas, socorre especialmente a las mas necesitadas. Quiero que aprendan a leer y escribir y después les diré que mas quiero de ustedes.” Lucia, con la confianza que la Dama le hacia sentir, intercedió entonces por una persona afligida cuya causa alguien le recomendó. La Dama le respondió que si esa persona se convertía, sería curada durante el año. Después Lucia le pregunto: “¿Nos llevaras al Cielo?” “Sí, debo llevarme a Jacinta y Francisco pronto, pero Tú, debes quedarte por mas tiempo, debido a que Jesús quiere que Tú me des a conocer y amar en la tierra. Él también quiere de Ti, que establezcas la devoción a mi Inmaculado Corazón, sobre toda la tierra.” “¿Debo quedarme aquí sola?” Pregunto Lucia. “No estarás sola, mi pequeña y no debes entristecerte. Estaré contigo siempre y mi Inmaculado Corazón será Tú consuelo y guía en el camino que te conducirá a Dios.” En ese momento (escribe Lucia), Nuestra Señora abrió sus brazos y volvió a sumergirlos en la radiante luz en la que Ella estaba también envuelta. En la luz nos podíamos ver a nosotros mismos, era como si estuviéramos sumergidos en Dios mismo. Jacinta y Francisco se encontraban en la parte de la luz que representaba el Cielo y Yo estaba en la parte de la luz que se derramaba sobre la tierra. En la mano derecha de Nuestra Señora se encontraba un corazón en circulado con agudas espinas. Y entendimos claramente que ese era el Corazón Inmaculado de María que pedía la completa reparación de todos los hombres por todos los pecados que han afligido a nuestro Salvador y a Su Madre. Entonces la Dama se retiro elevándose hacía el este. Después de esto, en los siguientes días, fueron entrevistados por el pastor del lugar, Padre Ferreira, para sufrimiento de Ellos. El Pastor le metió en la cabeza a Lucia que esto era una acción del demonio. La duda creció en Lucia al grado de no querer ir a la siguiente cita atormentándola todos esos días así como a sus primos quienes veían a Lucia desfallecer, sin embargo al amanecer de ese día Ella despertó sin duda alguna y con el deseo de ver a su Señora, ella no sabe como sucedió eso.

Para la fecha citada, miles de enterados fueron al lugar. Él padre de Jacinta y Francisco asistió a la cita también. Ellos estaban rezando el Rosario y la gente les respondía. “Guarden sus paraguas” grito Lucia. “Nuestra Señora viene”. Para Lucia fue la confirmación de que la Madre de Dios es quien la llamaba. “Lucia”, Jacinta dijo, “respóndele. Nuestra señora te habla”. Lucia estaba disfrutando la vista de la Madre de Dios. “¿Sí?” dijo Lucia. Hablando humildemente, pidiendo perdón por sus dudas. “¿Qué quieres que haga?” “Quiero que regresen el día trece del siguiente mes,” la Dama dijo. “Continúen rezando el Rosario cada día en honor de Nuestra Señora del Rosario, para lograr la paz del mundo y la terminación de la guerra, porque solamente ella puede obtenerla.” “Sí,” dijo Lucia, “Sí.” Ahora llena de valor. “Quiero preguntarte quien eres Tú.” Pregunto a la Dama, “y si harás un milagro para que todos crean que Te nos has aparecido.” “Ustedes deben venir aquí cada mes,” la Dama les dijo, “y en Octubre les diré quien Soy Yo y que es lo que quiero. Haré un milagro, así tal vez todos crean.” Lucia entonces abogo por algunos que le habían pedido su intercesión. “Hagan sacrificios por los pecadores,” les instruyo, “y recen con frecuencia, especialmente al hacer un sacrificio: Oh Jesús, es por Tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por las ofensas cometidas contra el Corazón Inmaculado de María.” Al terminar de decir esto (escribe Lucia en sus memorias), la Dama abrió sus abrazos, como lo había echo antes, pero ahora no fue la luz de la gloria la que nos mostró, ahora vimos un mar de fuego. Sumergidos en las llamas había demonios y almas que se veían como rescoldos transparentes, otros eran negros o bronceados y en forma humana; estos eran suspendidos en flamas, sin peso o equilibrio, con llantos de pena y angustia los cuales nos llenaron de terror haciéndonos temblar de miedo. El padre de los dos niños atestigua que Lucia de repente se vio llena de horror, su rostro palideció como si muerta y todos ahí la escucharon llorar y decir el nombre de la Virgen María. “Han visto el infierno, adonde las almas de los pecadores son enviadas. Es por la salvación de Ellos que Dios quiere establecer la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que Yo les digo, muchas almas serán salvadas y habrá paz. La guerra terminará, pero si los hombres no frenan sus ofensas hacia Dios, otra y mas terrible guerra comenzará. Y cuando vean una noche iluminada por una extraña y desconocida luz, sepan que es la señal que Dios castigará al mundo con guerra y hambre y con la persecución de la Iglesia y al Santo Padre. Para evitar esto, vendré al mundo a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y les pediré que cada primer Sábado de mes comulguen en reparación por el perdón de los pecados del mundo. “Si mis deseos son obedecidos,” la Dama continua, “Rusia será convertida y entonces habrá paz; si no, entonces Rusia esparcirá sus errores a través del mundo, trayendo nuevas guerras y persecución de la Iglesia; los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; algunas naciones serán aniquiladas. Pero al final Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre consagrará Rusia a Mi y será convertida y el mundo disfrutará de un período de paz. En Portugal la Fe siempre preservará. Recuerden, no deben decir esto a nadie.” “¿Hay algo mas que quiera que haga?” Lucia le pregunto a la Dama. “No, mi pequeña, es todo por hoy” Y la tercera aparición termino.

Conforme se acercaba la fecha (13 de Agosto) en todo Portugal se iba conociendo sobre la visita de la Madre de Dios a estos niños. El Señor Arthur Santos el mayor de Vila Nova de Ourem, rapto a los niños la mañana del día de la cita. Los encerró en uno de los cuartos de su casa, advirtiéndoles que no los liberaría si no le decían el secreto. De regreso a su cita con la Madre de Dios, Ellos no estuvieron ahí, mas sin embargo había mucha gente y la hermana de Lucia, María dos Anjos, atestigua a ver escuchado un trueno y justo después un relámpago, entonces comenzaron a ver la pequeña nubecilla sobre el árbol, estuvo un momento ahí y después comenzó a elevarse hasta desaparecer. Los niños pasaron el día en casa del mayor. Para la tarde del día siguiente los niños fueron puestos en la cárcel con la promesa del mayor de que permanecerían ahí hasta que el caldero con aceite hirviendo estuviera listo. Entonces los metería a los tres vivios en el caldero. Después de un tiempo regreso el mayor con guardias y les grito, “es su última oportunidad de decirme el secreto -¿me escucharon?” miro a Jacinta “llévensela a Ella primero y échenla al caldero” ordeno. Después de un rato regreso el mismo guardia. “tu hermana debe estar ya bien cocinada, es t u turno ahora.” “no seas tonto, dile a su excelencia la que quiere saber.” “No puedo,” dijo Francisco, “es imposible. No puedo decirle a nadie.” Entonces se lo llevo. Después regresaron por Lucia y los tres volvieron a estar juntos de nuevo. Pasaron la noche en la casa del mayor y fueron regresados al día siguiente. Seis días después, el 19 de Agosto, Lucia, Francisco y el hermano de Lucia John, fueron sorprendidos por una brisa fresca y un relámpago. Lucia pensó “Nuestra Señora, quien mas”. Le hablo a John con urgencia. “John corre ve a buscar a Jacinta y tráela. Nuestra Señora viene.” Momentos después de que llegara Jacinta, la Hermosa Dama apareció sobre un árbol. “¿Qué quieres que haga?” y Nuestra Señora invariablemente le contesto: “Vayan de nuevo a Cova da Iría el día trece del próximo mes, mis pequeños y continúen rezando el Rosario cada día.” Lucia le suplica que hiciera un milagro para que la gente creyera. “Lo haré” la Dama les prometió. “En Octubre haré un milagro para que todos crean en las apariciones. Si no los hubieran llevado al pueblo (es decir Ourem), el milagro pudiera haber sido aún mayor. San José vendrá con el Santo Niño a traer paz al mundo. Nuestro Señor vendrá para bendecir a la gente. Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de los Dolores vendran también.” “Sí,” dijo Lucia, “sí”; acerca de un dinero que había sido donado, Lucia le pregunto. “¿Qué debemos hacer con el dinero que la gente a ofrecido en Cova da Iria?” “Quero que hagan dos andamios,” la Dama le instruyo, “para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Quiero que Tú y Jacinta lleven una de ellas con otras dos niñas. Ambas deben vestir de blanco. Y a francisco llevando la otra con otros tres niños. Los niños, también deben vestir de blanco.” La Dama dijo; entonces inclinándose hacia ellos agrego con tristeza, “Oren, oren mucho. Hagan sacrificios por los pecadores. Muchas almas irán al infierno, porque nadie esta dispuesto a ayudarlos con sacrificios.” Eso fue todo y la Dama se retiro. A partir de ese día, comenzaron a hacer sacrificios de toda clase, ofreciéndolos a Dios por los pobres pecadores.

Para el trece de Septiembre eran ya 30,000 los congregados en el lugar. Estaban rezando el Rosario, cuando los niños se enderezaron y sus ojos se llenaron de luz. “¿Que quieres que haga?” Para los tres no había mas gente que ellos en el lugar. La Dama les dio una simple, directa y clara instrucción. “Continúen rezando el Rosario, mis pequeños. Récenlo todos los días, así la guerra talvez termine.” “¿Es todo?” no había mas, la Dama les recordó todo lo que les menciono la visita anterior. Hizo una pausa y se dirigió a ellos con un tono aun mas materno. “Dios esta muy contento con sus sacrificios,” Ella les dijo, “pero Él no quiere que usen ese cordón en la cintura durante la noche. Pónganselo solo durante el día.” Lucia se lleno de gozo al escuchar eso. “Tengo algunas peticiones de muchos para que los ayudes,” Ella le dijo. “¿Ayudaras a la pequeña niña quien esta sorda y muda?” “Ella mejorará en este año,” la Dama le dijo. “¿Y por las conversiones que algunos piden? ¿Las enfermedades de otros?” “Algunos curaré,” la Dama le dijo, “y algunos no. Nuestro Señor no confía en todos Ellos.” Lucia satisfecha y con obediencia, acepto la respuesta. Entonces recordó acerca del dinero donado. “¿Quieres una pequeña capilla aquí construida con el dinero que la gente a donado?” le pregunto. “Sí; quiero un apequeña capilla construida en honor de Nuestra Señora del Rosario. Pero diles que gasten solo la mitad del dinero para esto. La otra mitad es para los andamios que ya te he dicho.” “Muchos piensan que soy un impostor y tramposa,” Ella le dijo, “dicen que merezco ser castigada y quemada. Por favor, ¿harás un milagro para que Ellos crean.?” “En Octubre,” la Dama le respondió, repitiendo su promesa dicha desde el principio, “Haré un milagro que les permita creer.” La entrevista termino así.

Para el trece de Octubre, se calculo que cerca de 70,000 personas asistieron al lugar. Era un día totalmente nublado y lluvioso. Entonces para el medio día Lucia se incorporó diciéndole a Jacinta, “Nuestra Señora viene; he visto el relámpago.” “¿Qué quieres que haga?” le pregunta Lucia. “Quiero una capilla aquí, construida en mi honor. Quiero que continúen rezando el Rosario todos los días. La guerra terminará pronto y los soldados regresarán a sus casas.” “Sí,” dijo Lucia “Sí.” Entonces Lucia le pregunto. “¿Me dirás Tu nombre?” “Yo Soy Vuestra Señora del Rosario.” Lucia hizo un breve silencio y luego explico a Nuestra Señora. “Tengo muchas peticiones de mucha gente. ¿Se las concederás?” “Algunas concederé y otras debo negar.” Esta Señora del Rosario, quien es la Madre de Dios, es gentil, pero sería. Nunca sonrió -Ella pide penitencia. Ella hable en términos del Cielo y la Tierra -una directa y terrífica ecuación que muchos cómodamente han olvidado. Ella habla después de 2000 años de una Cruz que aun su peso recae en los hombros de su Hijo. “La gente debe cambiar sus vidas y pedir perdón por sus pecados. No deben ofender mas a Nuestro Señor, porque en verdad, Él ha sido muy ofendido. “¿Es todo lo que deseas?” Lucia pregunto. “Es todo” Entonces Nuestra Señora se retiro. Repentinamente, dejo de llover y el Cielo se despejo. El milagro prometido por Nuestra Santísima Madre fue visto por cerca de 70000 personas congregadas en el lugar. Las imágenes prometidas, fueron vistas. El sol se movió en cielo y parecía caer sobre la tierra. Entonces creyeron.

El mensaje de Nuestra Santísima Madre es aun vigente, el llamado que Ella hace es mas urgente en estos días, en los que el hombre inventa a diario una nueva forma para ofender a Dios a Jesús y a Ella misma. Hagámonos devotos al Inmaculado Corazón de María y que Dios nos de fuerzas para soportar el sufrimiento; es la fórmula para nuestra salvación.

Fuente: periodismocatolico.com