Adiós, Sor Lucía

Autor:

 

Sor Lucía de Fátima ha muerto. Cuando los católicos apenas si empezábamos a respirar tranquilos, con el alta médica del Papa Juan Pablo 11, tras su ingreso en urgencias por insuficiencia respiratoria aguda, y celebrábamos la vuelta a la normalidad en el rezo del ángelus y la bendición apostólica, como cada domingo, el 13 de febrero, desde la ventana de la biblioteca pontificia, empezaron a llegar confusas al principio, y ciertas enseguida, las noticias del fallecimiento de Sor Lucía. Hay que recordar que la bendición apostólica que impartió el Santo Padre desde la ventana de la clínica Gemelli, una semana antes, fue transmitida por todas las televisiones del mundo, menos por Televisión Española. Cuando Paloma Gómez Borrero fue informada de esta circunstancia, repitió entre dolorida y atónita: «esto es increíble, esto es increíble». Al escribir estas líneas, siendo ingresado por segunda vez de urgencia en la Clínica Gemelli, después de practicarle la traqueotomía, el Papa pidió papel y escribió «MARÍA, TOTUS TUUS», recordándonos a todos que su sufrimiento lo ponía en manos de la Virgen por el bien de la Iglesia. A continuación, llevado por su habitual sentido del humor, escribió «¿Pero qué me han hecho?».
Portugal hizo duelo nacional, y se suprimió por un día la campaña por las elecciones legislativas. Son las imágenes que han podido ser emitidas en algún medio de comunicación: el féretro de Sor Lucía saliendo en hombros del Carmelo de Santa Teresa de Coimbra hacia la Catedral, rodeada de una multitud que lo rendían su último adiós, en una ceremonia presidida por el Delegado Pontificio y el Obispo de Coimbra, Allí fue enterrada el día 15 hasta que dentro de un año aproximadamente, sean trasladados sus restos al Santuario de Fátima, junto con los restos mortales de sus primos, los beatos Jacinta y Francisco, a ambos lados del presbiterio.
Como decíamos, la misa funeral fue concelebrada en la concatedral de Coimbra por dos cardenales (Monseñor Policarpo y el Arzobispo de Génova -como enviado especial del Papa- Tarsicio Bertone), cuarenta obispos y 120 sacerdotes. Juan Pablo 11 envió al Obispo de Coimbra, diócesis a la que pertenece el convento de Sor Lucía, una carta que decía entre otras cosas: «Recuerdo con emoción los diferentes encuentros que he tenido con ella y los vínculos de espiritual amistad que con el transcurrir del tiempo se han intensificado. Me he sentido siempre sostenido por el don cotidiano de su oración, especialmente en los momentos duros de la prueba Y del sufrimiento. Que el Señor la recompense ampliamente por el gran y oculto servicio que ha hecho a la Iglesia».
Sorprende ver la escasa relevancia a que se le ha prestado en España a este hecho, siendo el Mensaje de Fátima el eje religioso y político del pasado siglo XX. En España, la televisión no le ha prestado cobertura, en prensa, casi tampoco, y en la radio, algún brevísimo comentario en la COPE. Los más destacados semanarios religiosos, apenas sí hacen una alusión, en Ecclesia, de pasada, sin titular y sin foto, y un poco más extenso en Alba, que hace un socorrido resumen biográfico, también de archivo.

Nula repercusión en los medios de comunicación

«Ecclesia»: En la tarde del domingo 13 de febrero, próxima a cumplir 98 años de edad, fallecía en el Carmelo descalzo de Coimbra Sor Lucía dos Santos, la última de los tres pastorcillos de Fátima, a quien la Virgen se apareció en 1917. Sus exequias fúnebres tuvieron lugar en la catedral de Coimbra, presididas por el Obispo de esta diócesis, Monseñor Antonio Cleto. Sor Lucía del Inmaculado Corazón -nombre de profesión religiosa de la fallecida- era prima de los hermanos Francisco y Jacinta Martos, los otros videntes, fallecidos hace ya muchos años, y beatificados por Juan Pablo 11 en mayo de 2000. Los tres habían nacido en la pequeña localidad lusa de Aljustrel, junto a Fátima. El Papa se encontró varias veces con Sor Lucía.

La influencia de Sor Lucía en la película de «La Pasión»

«Alba»: - «Mel Gibson comentó «La Pasión» con Sor Lucía: La hermana Lucía concedió una entrevista a Mel Gibson y a su esposa en el convento de Coimbra. La comunidad carmelita de Sor Lucía pudo ver la película de Gibson «La Pasión» en su propio convento, en una proyección financiada por el mismo director en la cuaresma de 2004.
La logística de la proyección fue complicada, debido a que las religiosas sólo tienen un pequeño televisor, pero Gibson envió todos los medios técnicos necesarios para improvisar una sala de cine en el convento.
Meses más tarde, cuando fue en julio a Portugal para promocionar su película, la hermana lo recibió junto a su esposa.
Sin embargo, el encuentro se ha mantenido en secreto, porque el director no quería que se le acusara de utilizar a la religiosa para promocionar La Pasión. La Madre Celina, superiora del convento, ha contado que el actor estuvo muy amable y durante una hora respondió todas las preguntas que le formularon sobre la película. La hermana Lucía hizo gran parte de ellas.
Según el Boletín de Fátima, Gibson acudió al santuario en septiembre de 2003 para pedir a la Virgen que lo ayudara a terminar con éxito su película.

Todavía no puede evaluarse su repercusión

En cuanto a la redacción de María Mensajera, sorprendió el evento en un viaje por Centrocuropa de nuestro director, y sorprendió también el sepulcral silencio de ciertos amigos y videntes, allegados a nuestra redacción. Prometemos estar muy al tanto de lo que en estas próximas fechas nos llegue como mensajes fidedignos al respecto. Algunos de nuestros amigos, habían programado ese mismo fin de semana un viaje a Fátima, para desagraviar a la Virgen por las profanaciones habidas en su Santuario, de las que ya dimos cumplida cuenta en otros números anteriores.
No sólo al Santo Padre, sino también a Sor Lucía, elegida para ello por la Providencia, debemos la caída del comunismo y el desarrollo de muchos acontecimientos políticos de trastienda. Es una pena, no obstante, que la esencia del mensaje de Fátima haya sido a veces tendenciosamente manipulada por ciertas tendencias políticas. El Mensaje, no lo olvidemos, es éste: oración, en especial del Santo Rosario, penitencia, reparación eucarística, reforma de las costumbres, y consagración al Inmaculado Corazón de María.
Nos parece innecesario incluir una reseña biográfica de esta santa religiosa, por cuanto los lectores de MM están más que familiarizados con su persona. En lo referente al Tercer Secreto de Fátima, conocidas son las conclusiones de D. Francisco Sánchez-Ventura, en sus obras, y a ellas nos remitimos. Efectivamente, gran parte del mundo católico quedó manifiestamente decepcionado ante la lectura oficial, en mayo de 2000, con motivo de la beatificación de Jacinta y Francisco. Es cierto que no todas las versiones que han corrido por ahí pueden decirse autorizadas, pero de la misma coherencia interna del 1º y 2º mensaje, y de la conclusión final, se desprende sin dificultad el contenido del Tercero, completado y confirmado después por muchos videntes y almas místicas, entre ellas, María Valtorta, o el mismo Padre Pío.

Garabandal y El Escorial son la mejor explicación 
del Tercer Secreto de Fátima

Sólo por tomar un mensaje, casi al azar de San Miguel Arcángel en El Escorial, fechado el 19 de marzo de 1982, para ver el extraordinario paralelismo de coincidencias ofrecidas, en su forma y en su contenido:
«Soy el Arcángel San Miguel. Si los hombres no cambian y no dejan de ofender a Dios, habrá manifestaciones que causarán terror a los habitantes de la tierra, se oirán grandes sonidos en el aire; habrá toda clase de temblores, las casas volarán por los aires, muchos cuerpos volarán y la piel se desprenderá de su cuerpo. Todos los ojos lo verán y aun muchos no lo creerán. Así de endurecidos están los corazones de los humanos. Haced penitencia y haced oración. Acercaos a la Eucaristía, confesad vuestras culpas. Pedid al Padre Eterno.
Apresuraos a escuchar mis palabras, que el tiempo se aproxima. Pedid por los que no rezan y haced penitencia por los que no la hacen».
Y la misma Stma. Virgen, ya en su primer mensaje dado el 1 de mayo de 1981, se ratificó de todo lo dicho en Fátima:
«Hija mía, no dejéis de rezar el Santo Rosario, diles que si no me escuchan habrá muchas muertes y la Iglesia irá decayendo y no habrá trabajo y habrá muchas miserias, sobre todo en España...».
«Hija mía, el Santo Rosario rezado con devoción tiene mucho poder, os pido muy poquito, que recéis, que con vuestra oración y penitencia nos ayudaréis a mi Hijo y a mí a salvar muchas almas que están errantes, esperando que alguien las salve.
Yo me he manifestado en muchos sitios, pero están vacíos y no quieren saber nada y si no me escuchan, en España habrá otra, guerra y la Iglesia española padecerá».
Y en otro mensaje, datado el 19 de junio de 1981, el Arcángel San Gabriel le explica a Amparo Cuevas el significado de la visión que acababa de tener: «La Cruz significa: que todos los cristianos permanezcan unidos y no escuchen doctrinas que no sean la católica.
Las luces significan: El aviso que habrá en el Cielo antes de mandar el Señor el castigo que tiene preparado, para todos los que no han querido hacer caso a todos los avisos del Cielo.
La luna en el suelo significa: que se estrellarán los astros contra la Tierra.
La iluminación de la pradera significa. Que se iluminará la Tierra en todo el mundo y los que no estén con el Señor no podrán resistir ese resplandor inmenso y morirán.
Las velas y la túnica blanca significan: que Jesús estará en ese instante resplandeciente con todos los que estén llenos de Dios y de su Santísima Madre, esto será la Segunda Venida de Jesucristo a la Tierra».
La Santísima Virgen se queja en El Escorial de que estos mismos mensajes ya los ha dado en otras partes y no se la ha obedecido. Para confirmar la realidad de ambos mensajes, repite aquí también el milagro del sol, porque, en definitiva, El Escorial es el complemento y la explicación de todo lo que se quiso mantener oculto sobre Fátima preparado por la Providencia.
Recogemos sólo unos párrafos de una carta de Sor Lucía a su sobrino, el sacerdote salesiano P. José Valinho, fechada el 13 de abril de 1971:
«Querido Padre Valinho: Veo en su carta lo preocupado que se encuentra por la desorientación de los tiempos actuales. Es una verdadera lástima que tantos se dejen dominar por la ola diabólica que envuelve al mundo, y tan ciegos están que no ven el error… pues el principal error es que abandonaron la oración, apartándose de Dios, Y sin Dios adolecen de todo ( ... ) así pues, lo que más le recomiendo es que se acerque al Sagrario a orar. ( ... ) Estoy convencida de que la falta de oración es el peor mal del mundo actual y la causa de defección de tantas almas consagradas»
Es de saber que el mismo Padre José Valinho expresó su satisfacción por la amplia difusión que encontró la carta de su tía y la fidelidad de las traducciones realizadas.
María Mensajera pierde, además, a una de sus más ilustres suscriptoras, y España entera lamenta la desaparición de un alma tan grande que oraba y reparaba sin cesar. Todos estamos llamados a proseguir su obra, a coger el testigo y continuar bien nuestro relevo, hasta que también nosotros, «hayamos concluido bien nuestra carrera».

Las aportaciones del fallecido R José Luis Urrutia, S.J., 
acerca del Tercer Secreto

En una de sus últimas obras especializadas en apariciones marianas, el P. José Luis de Urrutia nos traía a colación las últimas conversaciones de Jacinta con la Madre María Purificación Godinho (a la que llamaba su «madrina»), en el Asilo de Ntra. Sra. de los Milagros: «Los pecados que llevan más almas al infierno -decía Jacinta- son los de impureza». «Las guerras no son más que castigos por los pecados del mundo». «Los médicos no tienen luz para curar a los enfermos porque no sienten amor de Dios». «Si el gobierno (entonces antirreligioso) dejara en paz a la Iglesia y diese libertad a la santa religión, sería bendecido por Dios». «Los sacerdotes deberán ocuparse solamente de las cosas de la Iglesia y de las almas, deben ser muy puros». «Nuestra Señora no quiere que se hable en la iglesia». «Hay un secreto en el cielo y otro en la tierra, y éste último es horrible. Parecerá ser el fin del mundo, y en ese cataclismo cada cosa se separará del cielo que se volverá blanco como la nieve. ». «El triunfo de Nuestro Señor vendrá, pero antes pasarán bastantes años porque no se cumple su voluntad». «Que se preparen las hermanas para el año 1972, porque los pecados de impureza y vanidad y el excesivo lujo traerán sobre el mundo tales castigos que causarán muchos sufrimientos al Santo Padre».
La predicción para el 1972 coincidía con otras de la Virgen en Porto Stefano y a Teresa Musco. De hecho, en ese año se acentuó muchísimo la crisis sacerdotal.
A Lucía le decía: «Pienso en la guerra que ha de venir. Ha de morir tanta gente y va casi toda al infierno . Serán arrasadas muchas casas, morirán muchos sacerdotes». «Un terrible cataclismo de orden social amenaza nuestro país y principalmente la ciudad de Lisboa. Se desencadenará una guerra civil de carácter anarquista o comunista... ). Por tanto, las fuentes que aseguran que el Tercer Secreto no alude a ninguna catástrofe ni a la venida del Señor, sencillamente, incurren en una contradicción monstruosa.
Esta frase es de la tercera memoria de Lucía. El P. Lombardi dijo a Lucía el 13.X.1953 (Osservatore della Domenica 7.11.1954): «Yo espero que Dios salve a la mayor parte». - Padre, son muchos los que se condenan Pero siempre queda alguna esperanza de salvación. - No, Padre, muchos se perderán». De hecho, personas autorizadas para visitar a la vidente, afirmaron que hasta 1982 el Castigo venía siendo condicionado; a partir de esa fecha es ya inevitable.

El Tercer Secreto en relación con España

Siguiendo la erudita exposición del P. Urrutia, S.J., nos habla de una nueva aparición de la Stma. Virgen a Sor Lucía el 12 de junio de 1941 (referida a Mons. Antonio García, entonces Arzobispo de Valladolid, a quien había conocido Sor Lucía siendo Obispo de Tuy): «La Virgen se quejó de la frialdad y flojera del clero religioso y secular de España, de la tibieza y vida pecaminosa del pueblo cristiano: «Si los Obispos de España se reúnen anualmente para hacer los Ejercicios y de común acuerdan los caminos por donde conducir las almas que les están confiadas, recibirán allí luces y gracias especiales del Espíritu Santo. Haz saber al Sr Arzobispo que Yo deseo ardientemente que (de esta manera) determinen los medios para la reforma del pueblo cristiano y para remediar la flojera del clero y de una gran parte de religiosos y religiosas. El número de los que me sirven santificándose es muy limitado. Yo necesito almas y sacerdotes que me sirvan sacrificándose por mí y por las almas».
Según el P. Urrutia, esta obediencia al mandato de la Virgen fue parcial y relativa, ya que no se siguió la indicación de reunirse para reformar las costumbres, pues «la renovación religiosa en España fue creciente hasta el Vaticano II. Al final del pontificado de Pío XII (fallecido en 1958) comenzó a extenderse en ciertos ambientes eclesiásticos intelectuales, por influjo protestante alemán, vía Francia, una falta de fé en las prácticas de la Iglesia y en el Magisterio. Al imponerse estos desviacion istas en el período postvaticano por la tolerancia de las autoridades eclesiásticas, rompieron con las tradiciones, dando luz verde al «libre examen», a la mundanización de la vida sacerdotal Y religiosa, al laxismo moral ...».

El Tercer Secreto explicado por la mística Teresa Musco

Ya que la jerarquía no se decidía a hacer público el contenido del Tercer Secreto, la Santísima Virgen se encargó Ella misma de darlo a conocer a diversas almas privilegiadas de una intensa vida mística. Entre ellas está Teresa Musco, y sus revelaciones están profundamente estudiadas por el prestigioso mariólogo Gabriele Roschini, OSM, y dice así: «Fuego y humo sacudirán al mundo: las aguas de los océanos se convertirán en fuego y vapor; se levantará una espuma que desquiciará a Europa, y sumergirá todo en una lava de fuego, los pocos elegidos que sobrevivan envidiarán a los muertos, porque a donde quiera que se mire no se verá más que sangre, muertos y ruina de todo el mundo». «El mundo corre a su perdición. Tendrá lugar una gran guerra». Le predijo que el Papa no se atrevería a hablar del Secreto por ser tan espantoso, pero que más tarde lo haría público (otro Papa). También le predijo en 1951:
«Verás muchos cambios en mi Iglesia. Quedan pocos cristianos que recen. Muchas almas van al infierno. Las mujeres no tendrán ya pudor ni vergüenza. Satanás se viste de ellas (las inspira a que vistan así o se sirve de ellas) para hacer caer a muchos sacerdotes. Habrá una gran guerra. Cuando Satanás cante victoria todos verán a mi Hijo aparecer sobre las nubes y entonces juzgará a cuantos pisotearon su Sangre divina, y entonces mi Corazón triunfará». «El Padre mandará un Gran Castigo sobre toda la humanidad en la segunda mitad del siglo. Cuando Satanás llegue a la cumbre de la Iglesia, será el momento en que los científicos intervendrán con armas potentísimas». Como vemos, estas predicciones coinciden puntualmente con las del Padre Pío, María Valtorta y muchos otros. En un mensaje dado en El Escorial a Amparo Cuevas, el 1.V11.2000, la Virgen dice: «Astros con más de 12 kms. de longitud caerán sobre la Tierra y terminarán con la mayor parte de ella».
Como complemento a Fátima, recordamos que también el Señor pidió a la portuguesa Alexandrina da Costa (1904-1955) que el mundo fuese consagrado al Inmaculado Corazón de María (1.VIII.1935), y el 20.1.1939, le dijo que si el Santo Padre no lo hacía así, vendría el Castigo. Su director espiritual lo solicitó así al episcopado portugués en los Ejercicios que les dio en Fátima en 1938, siguiendo las indicaciones del futuro Pío XII. 

Fuente: Revista María Mensajera Núm 290 Marzo 2005 pp.2-6