Orar ante Iconos: El Icono de la Madre de Dios

 

Padre Alberto María, fmp.

 

 

 
 

Dejarse hacer por Dios

Nosotros solemos andar con demasiados trajines a niveles personales, solemos andar ocupados en muchas cosas, y en el mejor de los casos, hasta podemos estar muy preocupados por alcanzar la salvación. La Madre del Señor se dejó hacer por Dios. Ella tenía muy claro, como hemos dicho muchas veces, que lo suyo -y lo nuestro es estar junto al Señor contemplando su rostro. Y ahí, torneados, moldeados por la mirada de Dios es donde nosotros, como la Madre de Dios, podremos dejarnos hacer por Dios.
Pero, con frecuencia andamos sin tiempo. Con frecuencia hemos hecho de nuestra vida muchos compartimentos diferentes: y ahora hay que hacer una cosa, y después hay que hacer otra, y después hay que hacer otra... y resulta difícil, a veces, hacer tantas cosas y encontrar un hueco para estar junto al Señor. Y es que, en la práctica, hemos equivocado los términos. En la teoría nos pasa como a los fariseos: lo sabemos todo. En la práctica nos hemos olvidado de que lo nuestro es estar junto al Señor en todo tiempo, en cualquier momento, en todo instante, a través de cualquier actividad. Y entonces -como a la arcilla que no estuviera quieta en el torno, sino que fuera a aire- ocurre que el Señor no puede moldearnos porque, simplemente, no nos estamos quietos. La Madre del Señor se dejó hacer por Dios porque ella supo andar mascullando siempre la Escritura y las diferentes oraciones que describían los Libros Santos. Ella supo andar mascullando en su corazón siempre las alabanzas del Señor y en todo momento, hiciera lo que hiciera, su corazón estaba junto a Dios.