Orar ante Iconos: El Icono de la Madre de Dios

 

Padre Alberto María, fmp.

 

 

 
 

Obedientes y orando en todo tiempo

Siguiendo el ejemplo de la Madre de Dios, el Señor quiere que oremos asiduamente, constantemente y nosotros le discutimos que no podemos hacerlo, que somos muy débiles, que nuestra flaqueza es muy grande y que no hemos conseguido aprenderlo. 
Y, cuando escuchamos a San Pablo diciendo: «Orad sin cesar» (1 Ts 5, 17), pensamos que es una utopía y que lo verdaderamente importante es ayudar al hermano. Y es verdad ésto, sin dejar de ser verdad lo primero.
El Señor, por otra parte, quiere también que, al igual que la Madre de Dios, seamos obedientes a su Palabra, «hagamos lo que El nos diga» (cfr. Jn 2, 5) y nosotros con asiduidad discutimos sus proyectos, sus planes. 
El Señor es el Señor y nosotros queremos ir siendo amigos del Señor pero un poco yendo a nuestro aire. 
Y así, el Señor no puede hacernos, ni puede moldearnos. 
La Madre del Señor viene a recordarnos desde ahí, también, la necesidad de doblegar nuestra cerviz, nuestros criterios y ser obedientes al Señor.