Tradiciones del Viernes Santo 

 Padre José de Jesús Aguilar

 

El Viernes Santo han surgido diversas tradiciones que se derivan de la lectura del Evangelio de la pasión de Cristo y también del amor a la Virgen María. Una de ellas fue el Vía Crucis que los misioneros representaron en forma teatral para que los indígenas y los niños pudieran comprender –a través de la vista- lo que no entendían por la diferencia del lenguaje. Estas representaciones se hicieron muy populares en varias partes de nuestro país. Algunas se hacen con mucho respeto y devoción, pero lamentablemente otras se han quedado sólo en el aspecto teatral y los fieles acuden más por curiosidad o diversión, que por acompañar espiritualmente a Cristo en su pasión. No son malas las representaciones cuando los actores y los fieles hacen el esfuerzo de vivirlas espiritualmente. 

Pésame a la Virgen 

Por la tarde y noche del Viernes Santo se acostumbra unirse a la Virgen María reflexionando sobre su dolor y soledad. En ella vemos a un modelo de fortaleza ante la adversidad y de sostén en el dolor. A estos actos se les llama Pésame a la Virgen. Como son actos devocionales no es obligatoria la asistencia a ellos, pero pueden ayudar mucho a profundizar en la pasión y en el ejemplo de María para soportar nuestras pruebas y sufrimientos. 

El Pésame se suele realizar ante la imagen de la Virgen de los Dolores o La Virgen de la Soledad. Estas imágenes presentan a María vestida de morado o colores oscuros, con un pañuelo para secarse las lágrimas de dolor. La Virgen de los Dolores puede llevar una o siete espadas en el pecho en alusión a sus dolores. 

Procesión del Silencio y Vía Matris

También son frecuentes las procesiones en silencio que llevan en andas imágenes de Cristo crucificado o de la Virgen María. En esas procesiones se guarda silencio mientras se medita en cómo ofrecer a Dios los propios sufrimientos.

Hay otra práctica devocional que se conoce como Vía Matris y que, a semejanza del Vía Crucis, nos ayuda a acompañar a María desde el sepulcro de Cristo hasta la soledad de su hogar, pasando por los lugares en donde Cristo padeció. Este tipo de reflexión nos ayuda a preguntarnos qué sentiría María en cada uno de esos lugares y valorar así su acompañamiento de madre amorosa.

Como hay cinco misterios del Rosario que nos hacen reflexionar en la pasión y muerte de Cristo, es frecuente que los fieles puedan realizar esta práctica en forma comunitaria o personal. 

Antiguamente estaba prohibido escuchar radio o ver televisión, pero ahora hay muchos programas en los medios de comunicación que ofrecen películas o temas relacionados con la pasión, por lo que está en nuestras manos elegir lo que queremos ver o escuchar, o en caso de que no hubiera nada bueno, abstenernos de la radio o la televisión. 

Todas estas devociones no están encaminadas a llenarnos de tristeza o de culpa, sino más bien a valorar el sacrificio y amor de Cristo y, sobre todo, a prepararnos para la gozosa resurrección. Por esta razón, el ayuno y la abstinencia también los aceptamos con la esperanza del ágape fraterno que tendremos con motivo de la Pascua. 

Acto Mariano 

En algunas parroquias también se acostumbra ponerse en el lugar de la Virgen después de que Jesús es bajado de la Cruz. Señoras, totalmente vestidas de negro y cubiertas por un velo, acuestan la figura de Jesús sobre un lecho, la rodean de flores y la perfuman, simulando la unción como preámbulo para salir en procesión por las calles.