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Consagración
a la Virgen María
Autor:
Eterno
Dios que, por el Espíritu Santo, constituiste a tu Hijo en
el autor de la Salvación. Con la ayuda del Espíritu
Santo, me consagro de manera especial y total a Tí,
mi Dios digno de ser amado, siguiendo más de cerca a
Jesucristo Salvador. En este año quiero ser, Padre
Santo, hijo fiel de María, Virgen y Madre.
A
ti, Madre mía y Madre de nuestro pueblo puertorriqueño, te
entrego mi vida y mi familia. En tus manos deposito mis
pensamientos, actitudes y acciones. Ayúdame a cumplir
siempre lo que Jesús nos pide.
Te
lo confío todo, madre mía, lo que soy, lo que hago, lo que
tengo; mis alegrías, y mis sufrimientos.
Ayúdame
a crecer, Madre, con una fe luminosa, con una esperanza
llena de valentía y con un amor hecho servicio.
Que
esté siempre disponible a construir el Reino de Dios en el
mundo. Que por donde me conduzca la vida, sepa acoger a cada
hermano y hermana con una sonrisa, con un gesto de amor, con
un abrazo fraterno. Que con mi testimonio despierte en los
demás la alegría de vivir y la esperanza que brota de la
fe.
Guíame,
Madre, en el día y en la noche, en la vida y en la muerte,
hacia una común unión de todos con tu Hijo Jesús. Que
juntos formemos un pueblo unido en la fe, la esperanza y el
amor.
Amen.
Fuente:
Parroquia La Milagrosa, Aguadilla, Puerto Rico
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