Los Siete Dolores de la Virgen

Padre Francisco Jaime saIddo L.

 

Entre las renovaciones litúrgicas promovidas después del Concilio Vaticano II, se estableció que se suprimieran las festividades duplicadas a lo largo del año. Se consideró duplicidad el Viernes de Dolores, ocho días antes del Viernes Santo, y el día de Nuestra Señora de los Dolores, el 15 de Septiembre. Y fue suprimido el Viernes de Dolores, o Viernes de Pasión.

La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores del 15 de Septiembre, fue establecida en la Iglesia en 1715. En ella se quiso conmemorar los Siete Dolores que tradicionalmente se han considerado como los más profundos en la vida y en el corazón de la Virgen María. Y eso mismo se conmemoraba el Viernes de Dolores.

En el remolino de nuestras costumbres modernas... aunque seguimos felicitando a nuestras "Lolitas" en lo que fue Viernes de Dolores, hemos olvidado el piadoso recuerdo de "Los Siete Dolores de la Virgen", que motivaron la devoción del corazón de los cristianos.

Para sensibilizamos en el amor a la Virgen Maria, los recordamos y los explicamos:

1.- No encontró María albergue en Belén, donde dar a luz a su Hijo.
Como lo hicimos notar en la reflexión anterior, los sufrimientos de José y María, empezaron en el afanoso viaje desde Nazaret a Belén y culminaron en el vil establo donde nació Jesús.

2.- Una espada traspasará tu alma.
Invariablemente, a una madre, en el nacimiento del Hijo se le hacen interminables parabienes. A Maria, Simeón le anunció los acerbos dolores que ella sufrirá, por causa de ese Hijo que ofrecía en el templo.

3.- La huída a Egipto.
Unos dos meses, quizás, después del nacimiento de Jesús, el ángel avisó a José: Huye con el niño y su madre a Egipto; Herodes trata de matar al niño. La amenaza de muerte que cernía sobre su hijo, hizo más angustioso y penoso el viaje de María Fugitiva.

4,- El niño perdido y hallado en el Templo.
El Evangelio nos consigna estas palabras de María: Hijo mío, ¿Por qué... nos has hecho esto? Tu Padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. (Lucas 2,48).
El corazón de María, como el de nosotros, también fue oprimido por el terror de la duda: ¿Por qué...?

5.- El encuentro de María con su Hijo camino del calvario.
Si un hijo recibe sentencia de muerte y a su madre le dan a conocer la fecha, ciertamente su calvario de angustia y de dolor empezará en ese mismo momento... y se multiplicará al infinito cuando vea a su hijo subir al patíbulo.
María sabía, ciertamente, que Jesús sería tomado por susenemigos y entregado a la muerte, en su viaje a Jerusalén. Fue informada por Jesús, como fueron informados los apóstoles, con suficiente anticipación. En su alma llevaba la angustia mortal, que se multiplicó al infinito cuando encontró a su hijo arrastrando la cruz, camino al calvario.

6.- La Crucifixión.
Por designios inescrutables del Padre, María estuvo en el calvario y presenció la cruel y horrorosa muerte padecida por su Hijo. La espada de dolor destrozaba, en ese momento, la mente y el corazón de María.
...junto a la cruz estaban su madre, y la hermana de su madre, María esposa de Cleofás y María Magdalena. (Juan 19,25).

7.- La sepultura de Jesús y la soledad de María.
La separación definitiva de los restos del ser amado, en el momento de la sepultura, acrecienta el dolor de la muerte.
María no fue la excepción. Después de cerrado el sepulcro, seguiría contemplando, con los ojos del amor, a su Hijo destrozado... colgando de los clavos de la cruz... y agonizando en el paroxismo de las angustias y el sufrimiento.
La inmensa soledad y el inmenso vacío de María, después de sepultado Jesus, ningún ser humano pudo haberlo aliviado.
Solamente su Hijo Resucitado devolvió la "vida" a ese corazón destrozado.

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