Mi vida en el Rosario
Madre
Angélica
Las
Oraciones Del Rosario
Credo
Creo
en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo su Único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el
poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a
los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de
los pecados, la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén.
Padrenuestro
Padre
nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros
tu Reino. Hágase tu Voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación. Y líbranos
del mal. Amén.
Avemaría
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salve
Dios
te salve, Reina y Madre de misericordia; vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te Salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos,
gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada
nuestra; vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este
destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh
clemente!, ¡Oh piadosa!, ¡Oh dulce, siempre Virgen María!. Ruega por
nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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LOS
CINCO MISTERIOS GOZOSOS
Misterios
Gozosos-Tomado de las Escrituras
Anunciación-Encarnación
"Salve, llena de Gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas
las mujeres." (Lucas 1:28)
La
Visitación
"Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura en su vientre saltó
de gozo y ella quedó llena del Espíritu Santo." (Lucas 1:41)
El
Nacimiento
"Y dio luz a su Hijo Primogénito; y lo envolvió en pañales."
(Lucas 2:7)
La
Presentación del Niño Jesús
"De acuerdo con la Ley Mosaica llevaron a Jesús a Jerusalén para ser
presentado al Señor en el Templo." (Lucas 2:22)
El
Niño perdido y hallado en el Templo
"Después de tres días, ellos lo hallaron en el Templo. El estaba
sentado en medio de los Doctores." (Lucas 2:45-46)
Primer Misterio Gozoso: La Anunciación-Encarnación
(Intención: Por la población y el derecho a la vida)
Cuando
la oscuridad del pecado cubrió a la humanidad, tu amor y humildad,
bondadosa Madre, volvió la faz del Padre hacia sus erráticos hijos. Aunque
el mensaje del Ángel era para ti de difícil comprensión, aceptaste la
voluntad de Dios con confianza y amor.
Tú
no dudaste de su Poder ni de su Sabiduría. Sólo te preguntabas como este
gran misterio habría de realizarse. Nosotros vivimos en un mundo que no
acepta la sabiduría del Padre ni confía en su providencia, ni cree en su
poder. Nosotros no podemos prever el futuro y en el momento actual, estamos
ignorantes de su Presencia.
Confiada
en la voluntad del Padre, hiciste posible lo milagroso. ¿Por qué no
podemos confiar en Su Plan para con nuestras vidas como Tú lo hiciste?. A
pesar de que tu Hijo, nacido para ser el Salvador, habría de sufrir
indecible agonía, Tú nunca, ni aun momentáneamente, dudaste de tu
cometido. La mujer de nuestros días, teme por sus hijos por nacer. En un
acto de equivocado celo, ellas algunas veces privan al Padre de la
oportunidad de manifestar su poder, derramando sobre nosotros sus bondades y
así poblando el Reino con hijos de luz.
Comparte
con nosotros tu Fe y Esperanza, para que, inclinados ante la infinita
sabiduría de Dios, aceptemos los favores que Él quiera derramar sobre
nosotros. Dejemos la creación a su Omnipotencia, el futuro a su
Providencia, y la humanidad a su Sabiduría.
Segundo
Misterio Gozoso: La Visitación
(Intención: Por los ancianos y la justicia social)
Bondadosa
Madre, ¿qué amoroso impulso hizo que apresuraras la visita a tu prima
Isabel? En momentos en que jubilosa debías descansar, conociendo que serías
la Madre del Mesías, saliste del lugar de tu exaltación.
Sin
duda, la avanzada edad de Isabel te preocupaba. Tu compadecido corazón se
volvió hacia ella. Isabel, en su ancianidad, necesitaba ser confortada por
tu juventud. La criatura en tu vientre, concebida por el Espíritu Santo,
comenzó su obra redentora santificando a Juan.
Tu
celo, por llevar a Jesús a los demás, sin importarte el costo, nos
abochorna y nos hace sonrojar de vergüenza. Nos despreocupamos de los
ancianos porque estamos muy ocupados. Permitimos que la laguna de
incomprensión entre las generaciones se haga cada vez mayor por no poseer
el amor, que salvaría la distancia. Permitimos la injusticia social, porque
egoístamente no queremos ser guardianes de nuestros hermanos. Santa María,
tráenos a Jesús, por los méritos de tu visita a Isabel. Concédenos las
gracias necesarias para alabar al Señor, por medio de: nuestra humildad
para con nuestros semejantes, nuestra a preocupación por los ancianos,
nuestro celo por la justicia social y nuestro valor cuando el deber nos
llame al sacrificio.
Tercer
misterio Gozoso: El Nacimiento
(Intención: Por la maternidad, la pobreza y los diferentes grupos
étnicos y sociales)
Nos
maravillamos de la sabiduría de Dios, al mirar cómo el prometido Mesías
nace de la mujer prometida en una fría cueva. Privado de bienes materiales,
el Esplendor de los Cielos entra en este mundo, creado por Él, en pobreza.
Jesús
y María, quieren que nosotros sepamos que su amor por nosotros está exento
de egoísmo y es puro. La Madre de Dios, dice a todas las madres,
"dejad que la dignidad de tu maternidad esté por encima de todo lo
creado y que la riqueza de tu amor, cubra tu pobreza."
¿Podemos
nosotros imaginarnos el éxtasis de María al contemplar en la mirada de su
infante los ojos de Dios?. ¿Pueden jamás nuestros corazones sentir su agonía
al ver como sus brazos extendidos formaban una Cruz?. ¿Podemos por un
momento concebir mayor amor y dolor?.
Dulce
Madre, queremos junto con los pastores, expresar a Jesús todo nuestro amor
y gratitud. Queremos llegar al corazón de los hombres de todas las naciones
como lo hizo el Niño Dios con los Reyes Magos de Oriente. Queremos poner a
un lado nuestros prejuicios e intransigencia y ofrecer a la humanidad el
regalo de nuestro amor.
Concédenos
la gracia de ver a Jesús entre los humildes y de poder ofrecerlo a aquellos
que se hallan abandonados. Santifícanos, para así poder darle gloria al
Padre, y a Jesús el gozo de convertir en Santos a los pecadores.
Cuarto
Misterio Gozoso: La Presentación del Niño Jesús
(Intención: Por los enfermos mentales)
Bondadosa
Madre, ¿brotó de tus labios otra alabanza cuando ascendías la escalinata
del Templo, para presentar a Jesús a su Padre?. ¡Cuál no sería tu gozo
al entregarlo a Simeón!. ¿Esperabas que este hombre de Dios profetizara
las grandes cosas que el Niño realizaría?. ¿En el recinto del Templo,
esperabas su exclamación, "El Señor ha venido." Si tu esperabas
oír grandes cosas, ¿se destrozó tu corazón al realizar que este Niño
sería una señal de contradicción, destinado a motivar la exaltación y caída
de muchos?.
Tú
no desmayaste ante esta experiencia agridulce. El plan de Dios no sería de
tu agrado, más tú lo aceptaste con todo el amor de tu puro corazón.
Obtén
para todos los padres, cuyos hijos excepcionales han sido especialmente
designados, como Jesús, para realizar una oculta misión para la mayor
Gloria de Dios, el mismo valor que tú demostraste en el Templo.
El
fruto de tu vientre, estaba destinado a ser grande, pero, ¡qué pocos
reconocieron aquella grandeza!. Dale a los padres de estos niños
excepcionales un profundo conocimiento del poder de los sufrimientos. Que
este sufrimiento suba a los cielos como dulce y oloroso incienso, por la
salvación de las almas. Que la belleza de sus almas, oculta a los ojos de
los hombres en esta vida, resplandezca como brillante estrella en la noche.
Quinto
Misterio Gozosos: El Niño perdido y hallado en el Templo
(Intención: Por la vida en familia y por la juventud)
Bondadosa
Madre, no podemos concebir la agonía de tu puro corazón al buscar por tres
días al niño sin poder hallarlo. La inenarrable tortura de un posible
descuido, debe haber taladrado tu alma en lo profundo.
Aún
en la alegría de encontrarlo, hubo una mezcla de sorpresa por no comprender
lo sucedido. Hoy, Madre querida, a muchas familias las destroza la pena de
aquellos que no siguen el buen camino. Tu hijo fue hallado en el Templo del
Señor, pero nuestros seres queridos, a veces se pierden por sendas de vicio
y maldad.
Aunque
el encuentro no sea igual, la agonía de la búsqueda es la misma.
Obtén
para nuestras familias, una mayor unión con la Santísima Trinidad. Haz al
padre, cabeza; a la madre corazón y que los hijos sean miembros de ambos.
Cuando la división de criterios, sentimientos e ideales comience a
destrozar una familia, haz que el suave bálsamo del amor los reúna en el
Templo de la Voluntad de Dios y escuchen su voz hablando de armonía en lo
profundo de sus almas.
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LOS
CINCO MISTERIOS DOLOROSOS
Misterios
Dolorosos-Tomado de las Escrituras
La
Oración del Huerto
"Jesús fue con ellos a Getsemaní y comenzó a sentir pavor y a
angustiarse. " (Mateo 26:36-37)
La
Flagelación del Señor
"Entonces Pilato ordenó que Jesús fuera azotado." (Juan 19:1)
La
Coronación de Espinas
"Y tejieron una corona de espinas que pusieron sobre su cabeza y una caña
en su mano derecha." (Mateo 27:29)
Jesús
con la Cruz a Cuestas
"Y cargando Su Cruz, se dirigió al lugar llamado Calvario." (Juan
19:17)
La
Crucifixión
"Y cuando llegaron al lugar llamado Calvario, ellos lo
crucificaron." (Lucas 23:33)
Primer
Misterio Doloroso: La Oración en el Huerto
(Intención: Por el buen deseo de cumplir con la Voluntad de Dios y aceptar
la cruz.)
Jesús
mío, Tú dijiste a tus apóstoles muchas veces, que esperabas con ansias la
hora final de la redención, y sin embargo cuando presentiste lo que sufrirías,
te estremeciste con temor y angustia en el alma.
Tú
pediste al Padre que alejase de ti esa prueba, y como respuesta recibiste
una negativa. Al contemplar el futuro ante mí, querido Jesús, tiemblo con
temor y estremecimiento. He implorado al Padre algunas veces que me conceda
un favor o me libre de una cruz y Su contestación a sido "no". ¿Por
qué dudo de su sabiduría respecto a mí, cuando El rehusó la petición de
su propio Hijo, por el bien de la humanidad en peligro?. Ayúdame a hacer la
voluntad del Padre con tu misma generosidad y a aceptar una negativa con tu
mismo amor.
Es
la angustia y la incertidumbre, lo que me destroza el alma y a veces me
pregunto si Él me quiere.
Tu
ejemplar resignación y amor, me hacen comprender que el Padre tiene mi vida
en sus manos y que nada puede sucederme que no sea por mi bien.
Dame
la confianza necesaria pare pedir lo que convenga, la humildad para esperar
por su voluntad y la fe para aceptar una negativa. Haz que mis sufrimientos
me rediman, que mi voluntad sea la de Dios y que mi vida sea un sacrificio
de amor.
Segundo
Misterio Doloroso: La Flagelación del Señor
(Intención: Para sobreponernos a las debilidades que nos despojan de la
Gracia y nos sumen en la falsedad)
A
veces olvido, querido Jesús, el dolor de este sufrimiento y que este
incidente, no fue solo doloroso, sino humillante. Cada azote del látigo
hizo que te contrajeras de dolor, y la mirada de los allí presentes, hizo
que te sintieras "como un gusano y no como un hombre."
¿Pensabas
entonces en los que hoy andamos por senda de inmoralidad, alcohol, droga y
perfidia? ¿Vieron tus divinos ojos la inmodestia, perversión y fornicación
a través de los siglos?.
¿Fue
el pensar en lo fácilmente que los hombres se despojan de la Gracia por los
placeres terrenales, lo que te dio el valor para recibir otro azote del
flagelo, otra herida y otro escarnio más?.
¿Corrieron
lágrimas de amor redentor por tus mejillas al contemplar a tantos que,
despreocupados, se precipitan en la perdición?.
Seguramente
Jesús mío, que esta flagelación no fue redención por los pecados de la
carne solamente. ¿Fueron las heridas que comenzaron a sangrar, sufridas por
aquellos que rasgando los ropajes del amor se cubrieron de harapos de
discordia y desobediencia?.
Tercer
Misterio Doloroso: La Coronación de Espinas
(Intención: Para vencer el orgullo, la vejación y el resentimiento y por
el incremento de nuestra fe)
Jesús
Mío, a veces pienso que mi porción de la Cruz es más de lo que puedo
soportar. Me parece ser el recipiente de sobrados sufrimientos. Mis
pensamientos están carentes de razonamiento y se ha enfriado mi corazón.
Si yo recordara que Tú fuiste coronado de espinas después de ser
flagelado, yo permanecería silencioso ante la presencia de la Divina
Sabiduría.
Mi
orgullo, terquedad y falta de fe, clavan cada espina que ciñe Tu Sagrada
Cabeza. Mi deseo de obtener las glorias de este mundo, excluyendo los
valores espirituales, hacen más ceñida Tu corona de espinas.
Mi
falta de confianza en tu misericordia y la tibieza de mi amor por ti,
transformaron este instrumento de tortura en una corona de indecible dolor.
¿Fueron
las espinas que punzaron tu frente causadas al contemplar como yo permitía
que tu palabra fuera sofocada sin alcanzar mi entendimiento? ¿Fueron los
resentimientos que albergué en mi memoria la lanza que hirió Tu Cabeza?. Y
cuando las escupidas rodaban por tus mejillas, ¿te hizo llorar mi
arrogancia?. Oh Jesús, no permitas que olvide jamás tu amor por mí y la
reparación que por mi bien ofreciste al Padre. Permite que por la humildad
de mi corazón, la pureza de mis pensamientos y la bondad de mi alma,
alabado sea el Señor.
Cuarto
Misterio Doloroso: Jesús con la Cruz a Cuestas
(Intención: Para obtener valor en las enfermedades y sufrimientos.)
Querido
Jesús, me amaste tanto, que sobre tus sangrantes hombros cargaste el madero
de tu Cruz. Mi falta de amor hacia ti, encuentra los dolores físicos difíciles
de sobrellevar, las penas opresivas y las tragedias crueles.
Tú
me has pedido que acepte todo lo que el Padre permita en mi vida, y te siga
en Tus huellas, pero a veces pienso que la Cruz fue destinada para Ti, y no
para mí.
Pensé
que Redención significaba estar libre de penas, pero comprendo al ver la
viga sobre tu espalda, que tu Cruz redentora hizo valioso mi dolor. Tus
huellas sobre áspera tierra, allanaron el sendero a mis pies. Tu Cruz cortó
un escaño en la tierra para que descanse sobre él mi cruz. Tu Presencia,
purificando el aire de desesperanzas, me enseñó el camino. Tu resignación
alejó las maldiciones y nos colmó de bendiciones.
Ayúdame
Dios mío, a cargar mi cruz con alegría, respetando siempre la voluntad del
Padre. Concédeme que yo no vacile al decidir si la cruz es tuya o de mis
semejantes. Que yo las acepte todas como tuyas ya que algunas cruces me
enmiendan, algunas me liberan, otras me libran del pecado, otras son
redentoras, y otras me llevan al arrepentimiento.
Que
nuestra cruz sea una, dulce Jesús, para que juntos podamos glorificar al
Padre, y salvar las almas.
Quinto
Misterio Doloroso: La Crucifixión
(Intención: Para perdonar y amar abnegadamente)
Cuando
yo era un pecador, diste tu vida por mí. Me amabas Jesús querido, antes de
que yo viera la luz del día o sintiera la suave brisa en mis mejillas.
Has
sufrido y muerto por mí, me has guardado y protegido, me has inspirado y
consolado. Tu amor es abnegado, y aunque me regocija ser el recipiente
de tal amor, no sé corresponder desinteresadamente a él.
Perdonaste
a tus enemigos y viste cómo tus amigos te abandonaron. No es extraño
querido Jesús , que yo encuentre difícil el perdón e imposible la piedad.
¿De qué carece mi vida que se me hace tan difícil perdonar a mis
semejantes?. ¿Es el hecho de no saber perdonarme a mí mismo la causa de mi
falta de piedad para con los demás?
Ayúdame
Jesús, a ver tu amorosa contemplación cuando mirabas con abandono hacia tu
Padre, con misericordia al ladrón, y a tu madre con amor.
Concédeme
que pueda perdonar a mis enemigos y abandonarme a la voluntad del Padre. Déjame
encomendar a su cuidado mi vida y mi eternidad. Que el celo por la salvación
de las almas haga mi alma sentirse sedienta de sacrificios y que la promesa
del Paraíso alumbre mi senda.
Dame
la Gracia de perseverar hasta el final, y cuando yo haya logrado mi buena
batalla y termine el viaje, permite que sean los ángeles los que canten el
último verso de mi vida: "Todo ha terminado."
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LOS
CINCO MISTERIOS GLORIOSOS
Misterios
Gloriosos-Tomado de las Escrituras
La
Resurrección
"Él no está aquí, ha resucitado. Mirad el lugar donde ellos lo
colocaron." (Lucas 24:6)
La
Ascensión
"Él fue elevado al Cielo y está sentado a la diestra de Dios
Padre." (Marcos 16:19)
La
Venida del Espíritu Santo
"Y de repente se oyó un sonido que venía del Cielo....y aparecieron
lenguas de fuego sobre sus cabezas....y ellos se llenaron del Espíritu
Santo." (Actos 2:2,3,4,11)
La
Asunción
"Escucha hija y mira; vuelve tu oído, porque el rey puede desear tu
belleza. Toda gloriosa está la hija del rey a su llegada, su atavío está
tejido con hilo de oro. " (Sal. 44:11,12,14)
La
Coronación
"Y una gran señal apareció en los cielos: una mujer vestida del sol
con la luna a sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas."
(Ap. 12:1)
Primer
Misterio Glorioso: La Resurrección del Señor Jesús
(Intención: Para recordar las alegrías venideras y para perseverar hasta
el fin)
El
gozo de tu Resurrección llena mi alma de exaltación y realización al
saber que mi cuerpo resucitará también algún día. Así como tus cinco
llagas, mis sufrimientos resplandecerán a la vista de todos. La Sabiduría
del Padre, será por siempre glorificada cuando todos los hombres vean como,
por su plan y voluntad para con mi vida, Él trazó la gloria que será mía
por toda la eternidad.
Todas
las pruebas, sufrimientos, angustias y desilusiones, serán como nada,
comparados con la gloria que tus sufrimientos merecieron para mí. Todo
parecerá como un sueño y la visión de tu faz llenará mi alma de gozo
exquisito.
Mi
alma, unida de nuevo a mi cuerpo, será como la vuestra, perfecta. Jamás
ninguna maligna inclinación volverá a turbarla, ninguna debilidad dañará
su belleza, ninguna separación la entristecerá, ninguna enfermedad o lágrima
quebrantará mi paz, ningún remordimiento nublará mi mente.
Mi
memoria, dulce Jesús, estará como la tuya llena de cosas buenas, mi
inteligencia comprenderá los mayores misterios y mi voluntad siempre unida
a la tuya, no experimentará jamás el pesar de la rebelión.
Segundo
Misterio Glorioso: La Ascensión
(Intención: Para elevarnos por encima de las cosas de este mundo)
Querido
Jesús, el día que ascendiste al Padre es un día triste para mí. Para mi
alma es como si después de experimentar tu Presencia, ésta fuera sumida en
un estado de aridez. Como los Apóstoles, quiero permanecer inmóvil mirando
a lo alto en la esperanza de poder experimentar de nuevo la alegría de tu
Presencia.
Cuando
esto suceda, Señor mío, recuérdame la advertencia del Ángel: "¿Por
qué permanecieron ociosos aquí mirando hacia el Cielo?"
Esta
aridez del alma, es algo para luchar en pro y no en contra. Ayúdame a
comprender que cuando yo siento tu Presencia, Tú me confortas, pero que
cuando no la siento y continúo mi vida de amor y virtud, yo estoy confortándote.
Enséñame
a preferir consolarte antes de ser consolado y dame la luz para practicar mi
fe cuando esté en tinieblas.
Quiero
estar por encima de las demandas de mis emociones y tener el valor de vivir
en la verdad y en el espíritu. Concédeme la fe que siempre vela por la
realidad invisible, la esperanza que confía en tus promesas y el amor que
se ignora a sí mismo.
Tercer
Misterio Glorioso: La Venida del Espíritu Santo
(Intención: Para que aumente en nosotros el amor y la Gracia Divina)
María
y sus discípulos se hallaban juntos, encerrados en un mismo lugar, rezando
expectantes y el espíritu del Señor bajó en forma de fuego sobre sus
cabezas.
En
ese momento, los tímidos se hicieron fuertes, los temerosos se sintieron
valientes, los ignorantes ilustrados y los humildes se hicieron poderosos.
Los
que carecían de valor para defender a su Señor, corrieron fuera
proclamando su nombre por las calles. Los más imperfectos limitados y débiles,
curaron enfermos, ahuyentaron demonios y resucitaron muertos.
Estos
fueron los hombres que, viajando sin dinero, hicieron ricos a todos los
hombres. No tenían donde descansar sus cabezas, pero siempre vivieron en la
casa de su Padre. Eran ignorantes, pero hablaron muchas lenguas.
Ellos
hablaron de enemigos que perdonaban y llevaron a los hombres al
arrepentimiento. Trabajaron sin recompensa, pero acumularon tesoros en el
Reino de Dios.
Espíritu
Santo, dame un aumento de tus dones y la Gracia que asegura tu Presencia en
mi alma. Hazme saber que moras en mí. Dame una certeza de lo mucho que el
Padre me ama y transforma mi alma en una perfecta imagen de Jesús.
Cuarto
Misterio Glorioso: La Asunción
(Intención: Para tener una profunda certeza de la gloria venidera)
María,
mi Reina y Madre, me regocija que tu puro cuerpo, Arca de Alianza antes de
su nacimiento y Templo del Señor en su Resurrección, se elevara de la
muerte con anticipación a la Resurrección General. Es un consuelo saber
que estás en el Cielo como Madre mía con todo el amor y consideración que
tu dignidad demanda. Tú conoces los peligros de esta vida, las tentaciones
del Enemigo y las flaquezas de la carne. Ayúdame a sobrellevar estos
peligros hasta que Jesús me llame hacia Él.
Enséñame
bondadosa Madre, a mantener puro mi cuerpo, inmaculado mi pensamiento y sin
pasiones mi corazón, y haz que tu Asunción a los Cielos me dé confianza y
valor para ser un cristiano en palabra y obra.
Llena
mi mente con el conocimiento de la vida de tu Hijo, la compasión por su
sufrimiento y el celo por Su Reino.
Haz
que mi vida sea un modelo de su vida y que mi fe y esperanza sean tan
profundas como las tuyas. Quiero pararme al pie de mi cruz con el mismo
valor con que tú lo hiciste al pie de su Cruz.
Quiero
que mi amor y celo soporten cualquier pesar y sepan realizar cualquier
sacrificio. Intercede ante tu Hijo a mi favor y enséñame a ser como Él.
Haz que me eleve de lo terreno para que mi pensamiento pueda estar contigo
en el Cielo.
Quinto
Misterio Glorioso: La Coronación
(Intención: Para poder estar algún día unido a Dios en su Reino)
Madre
querida, la justicia de Dios no estaba satisfecha con reunirte en cuerpo y
alma para que pudieras imitar a Jesús en su Reino. Tu divino Hijo, Dios y
Señor, te coronó como Reina de Cielo y Tierra.
En
la tierra eras la desconocida Madre de Jesús. Tu humildad asombró a los ángeles
y confundió a los demonios. Es verdaderamente justo, que ahora tu grandeza
sea manifestada a todos los hijos de Dios.
Tu
solo deseo es el de conducirnos a Jesús y tu única oración es por nuestra
salvación. Te agradezco tu solicitud y me entristece mi negligencia.
Tu
coronación me garantiza que algún día yo seré gloriosamente coronado.
Dios enjugará todas mis lágrimas y me será otorgada la luz de la Gloria.
Tu corazón fue lacerado con Siete Dolores durante su terrenal peregrinaje.
Ahora,
doce estrellas circundan tu cabeza y la luna está bajo tus pies (Rev.
12:1). Tú eres Reina del Universo — los ángeles te sirven — las
constelaciones enmarcan tu belleza. Obtén para mí, Madre querida, la
gracia necesaria para un día entrar en Su Reino y recibir la corona de
Santidad.
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Manera
de distribuir las quince Decenas del Rosario.
Misterios
Gozosos
Todos los lunes y sábados. Los domingos, desde Adviento hasta la Cuaresma.
Misterios
Dolorosos
Todos los martes y viernes.
Misterios
Luminosos
Todos los jueves.
Misterios
Gloriosos
Todos los miércoles y domingos.
Indulgencias
Indulgencia Plenaria será otorgada si se reza en la Iglesia, en familia o
en Comunidad Religiosa.
Indulgencia
Parcial será otorgada en otras circunstancias.
(Tomado
del Manual de las Indulgencias.)
Fuente: EWTN.org
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