Octubre y el Rosario 

Josefa Romo Garlito


Hay tiempos dedicados a un hecho o causa importante.
Octubre lo dedica la Iglesia al Rosario. ¿ Anticuado? 
En algunas ciudades termina octubre con un Rosario
multitudinario, el Rosario de la Aurora. No sé si por
influencia de Juan Pablo II o por la imprevisible 
moda, el Rosario luce hoy al cuello de muchos, de
famosos y de gente corriente. Unos lo llevan por
devoción; otros, quizá sólo por moda. Yo recuerdo unos versos que aprendí de niña: “ Rosario bendito, de mis santos abuelos, herencia; tú eres más que blasón de mi hogar, tú eres más que una cinta de perlas...” ¿ No es consolador que Juan Pablo II hablara de este rezo al poco de ser elegido Papa? En la plaza de San Pedro, exclamó: “ ¡Mi oración predilecta es el Rosario!” (1978), y le llamaba “escalera para subir al Cielo”, o “las dos alas para elevarnos en la vida espiritual” por unir la “oración mental y la oración vocal”. 
“Cuando la rezamos- decía- está la Santísima Virgen
rezando con nosotros. En el Rosario hacemos lo que
hacía María, meditamos en nuestro corazón los
misterios de Cristo”. El 8 de octubre durante “el
ángelus”, Benedito XVI nos ha recomendado este rezo en familia. ¿ Sabíamos que rezándolo en familia o en la iglesia, se puede ganar indulgencia plenaria? Una cosa veo: hoy como ayer, muchos rezan el rosario cada día y otros cuando suplican fuerte (la curación de un enfermo, por unos exámenes...). Hay quienes no aciertan
a acostarse sin haberlo rezado: es como si les faltara algo.
¿ Desde cuándo la costumbre? En el año 650 aparece la primera parte del Avemaría en el Misal Romano, oración que vivamente recomendó Santo Domingo y susfrailes ( siglo XIII). Era tal la eficacia de ese rezo, que el Papa San Pío V, además de aconsejarlo a todos tal y como hoy se reza, le dedicó una Encíclica (1559); León XIII, “El Papa del Rosario”, le dedicó diez y otros documentos. Una cosa veo: hoy como ayer, muchos lo rezan cada día y hay quienes no aciertan a acostarse sin haberlo rezado: es como si les faltara algo. 

Fuente: autorescatolicos.org