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El Papa dirige el
Santo Rosario. ¿Quién es la tal Fátima?
Padre José
Martínez Colín
1) Para saber
Al empezar mayo, el Santo Padre
Benedicto XVI, fue invitado a la Basílica de Santa María la Mayor para
dirigir el rezo del Santo Rosario. El Papa aceptó con gusto, diciéndoles que
desde su infancia ha vivido esa costumbre: “En efecto, en la experiencia de
mi generación, las tardes de mayo evocan dulces recuerdos relacionados con
las citas vespertinas para rendir homenaje a la Virgen. ¿Cómo olvidar la
oración del Rosario en la parroquia, en los patios de las casas o en las
calles de las aldeas?”
Afirmó el Papa que el rezo del Rosario no se puede considerar una práctica
del pasado, al contrario, “el rosario está experimentando una nueva
primavera”.
2) Para pensar
El Papa invitó a acudir a María
para que nos ayude a acoger en nosotros la gracia de Dios y que, a través de
nosotros, pueda difundirse en la sociedad a fin de purificarla de las
numerosas fuerzas negativas.
Podemos recordar cómo esa protección de la Santísima Virgen María se
manifestó de modo notable la tarde del día 13 de mayo de 1981 cuando el Papa
Juan Pablo II sufrió un atentado a manos de un asesino profesional. Su
nombre es Ali Agca y es turco. Poco antes había escapado de una cárcel de
seguridad en la que estaba porque había matado a un famoso periodista.
Poco después del atentado, lo visitó el Cardenal Vicario de Roma, Ugo
Poletti. Ali Agca le preguntó: “¿Quién es esa Fátima que dicen que ha
salvado el Papa?, porque yo sé disparar y tiré a matar”.
Y es que el día del atentado era aniversario del 13 de mayo de 1917 cuando
la Virgen María se apareció en Fátima a tres pastorcillos. La Iglesia
recuerda cada año su mensaje en que nos propone rezar el Santo Rosario y
ofrecer sacrificios por la conversión de los pecadores.
Juan Pablo II mencionó poco después: “Una mano disparó y otra desvió la
bala”. Se refería a la protección de la Virgen María. Y como agradecimiento,
cuando se cumplió un año del atentado, el Papa Juan Pablo II puso la misma
bala en la Corona de la Virgen en la misma ciudad de Fátima.
Nos dice el papa Benedicto XVI que cuando se reza el Santo Rosario de modo
auténtico, no mecánico y superficial sino profundo, trae paz y
reconciliación. Encierra en sí la fuerza sanadora del Nombre Santísimo de
Jesús, invocado con fe y con amor en el centro de cada avemaría.
3) Para vivir
En una ocasión, un Papa anterior, el beato Juan XXIII, hablando con unas
personas, éstas se excusaban de no rezar el Santo Rosario porque se les
hacía monótono. Entonces les dijo: “Pues el peor Rosario es el que no se
reza”.
Algo semejante escribió San Josemaría en su libro Santo Rosario ante quienes
se excusaban de no rezarlo porque era decir siempre lo mismo: “¿Siempre lo
mismo? ¿Y no se dicen siempre lo mismo los que se aman?... ¿Acaso no habrá
monotonía en tu Rosario, porque en lugar de pronunciar palabras como hombre,
emites sonidos como animal, estando tu pensamiento muy lejos de Dios?”
Por último, el Papa nos pide que cuando recemos el Santo Rosario lo tengamos
presente, así como la paz en el mundo y la unidad de los cristianos.
Fuente:
autorescatolicos.org
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