2003: Año del Rosario y de un gran esfuerzo evangelizador 

Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima - España

 

El Papa Juan pablo II, gran devoto de María, reza el rosario desde su juventud. “El Rosario me acompañó en los momentos de alegría y en las probaciones. A él confié tantas preocupaciones, en él encontré siempre consuelo”. Al celebrar la entrada en su vigésimo quinto año de pontificado, escribió la Carta Apostólica “El Rosario de la Virgen María”, y proclamó el periodo que va de octubre de 2002 a octubre de 2003 Año del Rosario.

Si el mundo de hoy está sumergido en un océano de males y expuesto a peligros que lo rondan por todas partes, ello no se debe tan sólo a las crisis económicas y políticas, sino, principalmente, a un grave desorden de carácter moral y religioso. Es de éste que surgen las angustias, la falta de certeza, la desorientación generalizada. Con todo, como en las críticas situaciones anteriores, la solución está al alcance de nuestras manos... y de nuestros corazones: la devoción al Santo Rosario.

En su simplicidad y profundidad, afirma el Papa, el rosario permanece, incluso en el tercer milenio recién iniciado, como una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad.

Nuestra Señora del Rosario de Fátima

No es posible hablar del Rosario sin mencionar con destaque las apariciones de Fátima, pues allí Nuestra Señora lo recomendó con particular empeño e insistencia.

En la primera aparición, el 13 de mayo de 1917, aconsejó a los tres videntes que rezasen diariamente el rosario pidiendo el fin de la guerra y la paz en el mundo. Renovó con insistencia, en la segunda y tercera apariciones, la recomendación de rezarlo todos los días.

El día 13 de septiembre, la Santísima Virgen insistió una vez más en la necesidad de la recitación diaria del rosario, como medio de alcanzar el fin de la Primera Guerra que ensangrentaba el mundo.

Fue solamente en la última aparición, el 13 de octubre, que la Virgen consintió en revelar su identidad a los tres niños, utilizando estas simples palabras: “Yo soy la Señora del Rosario”. No podría haber mayor prueba del aprecio de la Madre de Dios por esta devoción.

El Papa nos enseña a mejorar la recitación del rosario

En la Carta Apostólica “El Rosario de la Virgen María”, el Sumo Pontífice nos enseña y explica un método más perfecto de rezarlo.

En primer lugar, el rosario debe ser una oración contemplativa. El Papa Pablo VI decía que “sin contemplación, el rosario es un cuerpo sin alma. Por su naturaleza, la recitación del rosario requiere un ritmo tranquilo y una cierta pausa para pensar, que favorezcan, en el que ora, la meditación de los misterios de la vida del Señor”.

Así, para dar fundamento bíblico y mayor profundidad a la meditación, el Papa sugiere que tras enunciar el misterio, se lea un pasaje de la Biblia referente al mismo. “No se trata de traer a la memoria una información, sino en dejar a Dios ‘hablar’. En ocasiones solemnes y comunitarias, esta palabra puede ser debidamente ilustrada con un breve comentario.”

Otra innovación del Papa Juan Pablo II está en la valoración del silencio que es uno de los secretos para la práctica de la contemplación y de la meditación. Tras enunciar el misterio y la lectura del pasaje del Evangelio, debemos parar unos instantes para meditar en lo que fue leído, antes de comenzar la oración vocal del Padrenuestro, seguida de las diez Avemarías y del Gloria, en alabanza de la Santísima Trinidad.

El Santo Padre sugiere, además, que se diga una jaculatoria o una pequeña oración para obtener los frutos específicos de la meditación del misterio después del Gloria. “Tal oración conclusiva podrá gozar, como ya sucede, de una legítima variedad en su inspiración. Así, el Rosario adquirirá una fisonomía más adaptada a las diferentes tradiciones espirituales y a las diversas comunidades cristianas.”

Los cinco nuevos misterios luminosos

Para que el rosario fuese un compendio más pleno del Evangelio, el Papa le añadió cinco misterios más, dándoles el nombre de “luminosos”, destinados a abarcar los episodios de la vida pública de Jesús. En ellos contemplamos:

1º El Bautismo de Jesús en el río Jordán.
2º El milagro de las bodas de Caná.
3º El anuncio del Reino de Dios y el apelo a la conversión.
4º La transfiguración de Jesucristo en el Monte Tabor.
5º La institución de la Sagrada Eucaristía.

Para aquellos que no puedan rezar íntegramente las cuatro partes del rosario todos los días, el Sumo Pontífice aconseja rezar estos misterios los jueves y los gozosos el sábado, que es un día tradicionalmente dedicado a María.

Un gran esfuerzo evangelizador

El Santo Padre desea que esta oración sea “especialmente propuesta y valorada en las diversas comunidades cristianas a lo largo del año”. Así, la Campaña “Salvadme Reina de Fátima”, respondiendo afirmativamente al anhelo del Papa, redoblará el esfuerzo y, con la ayuda de sus participantes distribuirá, ya desde el pasado mes de enero, 30.000 folletos publicitarios para interpelar al público español: ‘¿Quieres tener paz? ¡Reza el Rosario todos los días!’.

“La historia del Rosario demuestra cómo esta oración fue usada especialmente por los Dominicos, en un momento difícil para la Iglesia a causa de la difusión de la herejía. Hoy nos encontramos ante nuevos desafíos. ¿Por qué no retomar en las manos el rosario con la fe de los que nos precedieron? El Rosario conserva toda su fuerza y permanece como un recurso nada despreciable en el bagaje pastoral de todo buen evangelizador”, afirma el Santo Padre.

“Así como dos amigos que se encuentran constantemente suelen configurarse hasta en los hábitos, así también nosotros, conversando familiarmente con Jesús y la Virgen, al meditar los misterios del Rosario, viviendo unidos en una misma vida por la Comunión, podemos llegar a ser, en la medida de lo posible a nuestra pequeñez, semejantes a Ellos, aprendiendo de estos supremos modelos la vida humilde, pobre, escondida, paciente y perfecta.”

(Beato Bartolo Longo) 

Fuente: Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima - España