Rosario de Pésame

Autor: 

 

Monición inicial
Acompañemos a María, que al pie de la cruz, ha sufrido junto a su Hijo la Pasión y la Muerte. Acudamos a la Santísima Virgen María que en medio del sufrimiento nos ha sido entregada como nuestra piadosa y tierna madre.

Que a través de este Santo Rosario, en el que meditaremos acerca de cada uno de los instrumentos de la pasión, oremos con ella junto al cuerpo yaciente de Jesús, y acompañemos a María en su prolongada noche de dolor y de pena. 

La señal de la cruz.

Yo pecador

Romancero de la Vía Dolorosa. 
XIII Estación 
(Fragmento)

Mi Jesús tiene sueño, por el camino se me durmió tres veces el pobrecillo.
Hijito, duerme, duerme, que en esta noche no habrá quien te despierte.

De mañanita, llorando, por los caminos del cielo
salió mi niño a buscar, su rebaño de corderos.
Todos andaban perdidos entre los barrancos negros...

En un bosque de alaridos y brazos en alto tensos,
entró mi niño temblando de soledad y de miedo...

Las flores eran de sangre, las ramas erán flagelos, 
las maldiciones volaban, como pájaros al viento.

Era tan largo el camino, estaba el aire tan negro,
que mi Niño se calló, tres veces en el sendero;
y cuando a los ojos de agua se acercó a beber sediento
le dieron a beber mirra, aquellos crueles veneros.

Por fin se subió mi Niño, sobre las ramas de un cedro,
por ver si de las alturas, divisaba sus corderos.
Su séptuple canto triste, rodó por el universo.

Como un gorrioncillo herido - todo púrpura su pecho -
quedo dormido mi Niño, sobre las ramas del cedro;
las nubes lo acariciaban, con devoción los cabellos.

Dormidito lo encontraron, en el camino del cielo
y dormidito a mis brazos, de noche me lo trajeron.
Tiene en sus pies dos claveles, en sus manos dos luceros, 
y en su Corazón un sol, tres veces santo y abierto.

Hijito que entre mis brazos, yaces cansado y desecho, 
duérmete sin ansiedades por tus perdidos corderos.
... Hijito que entre mis brazos, yaces desnudo y desecho,
sigue durmiendo en la cuna de mi amor y de mis besos.

Estos besos son los últimos, pero mi amor es eterno.
Sigue durmiendo en mis brazos, aunque sabes que tu sueño, 
es espada de dos filos que me traspasa por dentro...
Duerme... que para velarte, esta mi dolor despierto...


Primer Misterio
EL FLAGELO

Pilato les preguntó ¿Quieren que deje en libertad al rey de los judíos? Pero ellos gritaron: ¡No, a ese no! Deja en libertad a Barrabás. Entonces Pilato ordenó que lo azotaran. (Jn 18, 34. 40; 19,1).

María.-Hijito que entre mis brazos, yaces cansado y desecho
Todos.-Duérmete sin ansiedades, por tus perdidos corderos

El pasó haciendo el bien. (Hch. 10, 38).

En toda tu vida Señor, amaste, hoy, en cambio se te odia. Tus manos estuvieron siempre dispuestas a acariciar a los niños y a los pecadores, hoy en cambio haz recibido solo fieros flagelos. Estuviste presto para sanar la carne destruida por la enfermedad y la lepra, pero hoy, te destrozamos la carne que con cariño te tejiera tu madre en su seno.

Hoy ciertamente se te sigue flagelando. Te golpeamos con nuestra indiferencia y apatía, con la falta de solidaridad y unión de los que nos llamamos cristianos. Y dejamos que te golpeen en la miseria de los pobres, en la tristeza de los deprimidos y en la esclavitud de los vicios.

Madre, que dejemos ya los flagelos con que nos golpeamos unos a otros, que tú nos enseñes como a Jesús, a utilizar nuestras manos para levantar, para acariciar, para perdonar.

Guía.-Madre llena de dolores, haced que cuando expiremos
Todos.- Nuestras almas entreguemos, por tu manos al Señor.


Segundo Misterio
LA CORONA DE ESPINAS

Los soldados lo llevaron al interior del palacio, o sea al pretorio y llaman a la tropa. Lo vistieron con un manto rojo y trenzando una corona de espinas, se la pusieron. (Mc. 15, 16-20).

M.-Hijito que entre mis brazos, yaces cansado y desecho
T.-Duérmete sin ansiedades, por tus perdidos corderos

"El Señor me ha dado una lengua de discípulo para que sepa sostener con mi palabra al cansado". (Is. 50, 4).

Era demasiado. Había ya traspasado por mucho los límites que la lógica humana habían impuesto al corazón del hombre. Y es que tu cabeza, tu corazón y tu boca, íntimamente unidos, hicieron una combinación que hizo que los mismos cimientos del mundo, de sus instituciones y de las personas, se cimbraran hasta lo más profundo. Las bienaventuranzas, el perdón de los pecadores, el amor a los enemigos, un Dios que es Padre, no se podían tolerar. La locura de tus palabras sólo podía recibir una corona magnífica, pero nos equivocamos, una vez más nos equivocamos, tuvimos a bien ceñir tus sienes, no de oro, sólo de espinas. 

Así, nuestras palabras, nuestras mentes, ya no hablan ante la injusticia, ante la corrupción, ante el pecado, por temor a ser tratados como locos. Por eso hoy tus palabras nos gustan mucho, sí, pero no nos comprometen. Madre, que a ejemplo tuyo, hagamos vida las palabras de tu Hijo.

G.-Madre llena de dolores, haced que cuando expiremos
T.- Nuestras almas entreguemos, por tu manos al Señor.


Tercer Misterio 
JESÚS SE ABRAZA A LA CRUZ

"El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados." (1Jn, 4, 10)

M.-Hijito que entre mis brazos, yaces cansado y desecho
T.-Duérmete sin ansiedades, por tus perdidos corderos

"El cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores." (Is 53, 1|2)

Así como amaste al Hijo Pródigo, así como buscaste la oveja perdida, así amas la cruz. Que fue difícil, no hay que negarlo, pero bien sabes que en los caminos del amor, siempre habrá senderos de sufrimiento. Porque tu amor "todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" (1Co.13,7) Y así fue, el amor cegó a Dios y lo hizo cargar una cruz para en ella hacer locuras insospechadas. Por eso, por que amas al pecador, por que me amas, por eso Señor mío, amaste tu cruz.

Y mírame a mí, a mi vida, quejándome diariamente por mi cruz, evadiendo lo más que puedo mis responsabilidades; y así porque no amo mi cruz, se hace más pesada y no me decido caminar y cambiar la situación de mi vida, de mi familia y de mi comunidad.

Madre, enséñame a amar, mi vida, mis dificultades, mis responsabilidades para que una vez amándolas, las tome sobre mis hombros y comience así a caminar detrás de Jesús.

G.-Madre llena de dolores, haced que cuando expiremos
T.- Nuestras almas entreguemos, por tu manos al Señor.


Cuarto Misterio 
LOS CLAVOS TRASPASAN EL CUERPO DE JESÚS


"Cuando llegaron la lugar llamado "la calavera" crucificaron allí a Jesús junto con dos malhechores." (Lc 23, 33)

María.-Hijito que entre mis brazos, yaces cansado y desecho
Todos.-Duérmete sin ansiedades, por tus perdidos corderos

"Eran nuestras rebeldías las que lo traspasaban y nuestras culpas lo que lo trituraban" ( Is. 53,5)

El dolor parecía insoportable. Los golpes del martillo se confundían con el lento desgarrarse de tu cruz y de tu carne. Si el hecho de no haber desfallecido durante este cruel momento nos sorprende, más aún nos conmueve las palabras de perdón y misericordia para quienes somos el motivo de tanto dolor.¡Fuiste tan cruelmente deshumanizado por los "humanos".! La longitud, la anchura, la altitud y profundidad con la que Dios nos amó desde la cruz supera aquí toda palabra. Callemos, miremos, adoremos. (Un momento breve de silencio)

Madre dolorosa, que con tu presencia en el sacrificio de Cristo, eres verdadera Madre, permite que cuando el sufrimiento toque a las puertas de nuestras vidas, podamos contar con tu maternal compañía. 

G.-Madre llena de dolores, haced que cuando expiremos
T.- Nuestras almas entreguemos, por tu manos al Señor.


Quinto Misterio
LA LANZA TRASPASA EL COSTADO DE JESÚS

"Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y enseguida brotó sangre y agua." (Jn 19, 34)

María.-Hijito que entre mis brazos, yaces cansado y desecho
Todos.-Duérmete sin ansiedades, por tus perdidos corderos

"Y a ti, una espada te atravesará el corazón" (Lc 2, 35)

Habías muerto ya. Y te quedaste sin nada. Lo diste todo, tu madre, tu vida, la última gota de sangre.

Bendita lanza que traspasó tu costado y que ha dejado para nosotros tu corazón siempre abierto. Bendita lanza que nos abre la posibilidad de retornar siempre a tú corazón que perdona y que abraza. Por eso Señor, cambia este mi corazón de piedra que se niega acoger al que me ha ofendido, que se niega abrirse al que me necesita, que se ha endurecido y que poco le importa lo que le pase al prójimo. Traspasa pues este corazón y haz que se vuelva más generoso y que entregue a ejemplo tuyo, todo lo que tiene.

Madre llena de dolor intercede por tus hijos que a costa de la sangre de tu Hijo han sido redimidos, para que así como tú, al pie de la cruz contemplemos y busquemos a Jesús, quien nos espera con el corazón siempre abierto ya que "habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo".(Jn 13, 1) 

G.-Madre llena de dolores, haced que cuando expiremos
T.- Nuestras almas entreguemos, por tu manos al Señor.


ORACIÓN FINAL
(Oración del Beato Agustín Pro a la Virgen de los Dolores)

Déjame pasar la vida, Madre mía, acompañando tu soledad amarga y tu dolor profundo. Déjame sentir en el alma el triste llanto de tus ojos y el desamparo de tu corazón.

No quiero en el camino de mi vida saborear las alegrías de Belén adorando en tus brazos virginales al Niño Dios. No quiero gozar en la casita de Nazaret de la amable presencia de Jesucristo. No quiero acompañarte en tu Asunción gloriosa entre coros de ángeles. Quiero en mi vida las mofas y culpas del Calvario; quiero la agonía lenta de tu Hijo; el desprecio la ignominia, la infamia de la Cruz, quiero estar a tu lado, Virgen dolorosísima, fortaleciendo mi espíritu con tus lágrimas, consumando mi sacrificio con tu martirio, sosteniendo mi corazón con tu soledad, amando a mi Dios y tu Dios con la inmolación de mi ser. Amén

Fuente: mensajero.org.mx

Fuente: Diócesis de Celaya, México