El Secreto admirable del Santísimo Rosario. 

San Luis María Grignon de Montfort

Primera decena: Excelencia del Santísimo Rosario en su origen y en su nombre.

9a Rosa


30) Pero veamos ahora qué injusticia es impedir los progresos de la Cofradía del Santo Rosario y cuáles son los castigos de Dios para los desgraciados que la han despreciado y quisieron destruirla.
Como la devoción del Santo Rosario ha sido autorizada por el cielo con varios prodigios y aprobada por la Iglesia en varias bulas de los Papas, sólo los libertinos, impíos y espíritus fuertes de estos tiempos se atreven a difamar la Cofradía del Santo Rosario o alejar de ella a los fieles. En verdad que sus lenguas están infectadas con el veneno del infierno y que son movidas por el espíritu maligno; porque nadie puede desaprobar la devoción del Santo Rosario sin condenar lo más piadoso que hay en la Religión Cristiana, a saber: la oración dominical, la salutación angélica y los misterios de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre.
Estos espíritus fuertes, que no pueden sufrir que se rece el Rosario, caen con frecuencia en
el criterio, reprobado, de los herejes, que tienen horror al Rosario.
Aborrecer las cofradías es alejarse de Dios y de la piedad, puesto que Jesucristo nos asegura que se encuentra en medio de los que se reúnen en su nombre. No es ser buen católico despreciar tantas y tan grandes indulgencias como la Iglesia concede a las cofradías. Disuadir a los fieles de que pertenezcan a la del Santo Rosario es ser enemigo de la salvación de las almas, que por este medio dejan el partido del pecado para abrazar la piedad. San Buenaventura dijo con razón que morirá en pecado y se condenará quien haya despreciado a la Santísima Virgen: "Qui negligerit illam morietur in peccatis suis." ¡Qué castigos aguardan a los que apartan a otros de la devoción a Nuestra Señora!