El Secreto admirable del Santísimo Rosario. 

San Luis María Grignon de Montfort

Tercera Decena.  Excelencia del Santo Rosario en la meditación de la vida y pasión de Nuestro Señor Jesucristo


28a Rosa

88) San Agustín asegura que no hay ejercicio tan virtuoso y útil para la salvación como pensar con frecuencia en los sufrimientos de Nuestro Señor. San Alberto Magno, maestro de Santo Tomás, supo por revelación que el solo recuerdo o la meditación de la pasión de Jesucristo es más meritorio para el cristiano que ayunar durante un año todos los viernes a pan y agua, o tomar disciplina -aun de sangre- todas las semanas, o rezar todos los días el salterio. ¿Cual no será el mérito del Rosario, que conmemora toda la vida y pasión de Nuestro Señor?
La Santísima Virgen reveló al Beato Alano de la Roche que, después del Santo Sacrificio de la Misa, que es la primera y más viva memoria de la pasión de Jesucristo, no hay devoción más excelente y meritoria que el Rosario, que es como una segunda memoria y representación de la vida y pasión de Jesucristo.

89) El Padre Dorland refiere que la Santísima Virgen dijo un día al venerable Domingo (cartujo), devoto del Santo Rosario, que residía en Tréveris el año 1481:
"Cuantas veces rezan los fieles, en estado de gracia, el Santo Rosario con la meditación de los misterios de la vida y pasión de Jesucristo, obtienen plena y completa remisión de sus pecados."
También dijo la Santísima Virgen al Beato Alano: "Sabe que, aun cuando hay gran cantidad de indulgencias concedidas a mi Rosario, yo añadiré muchas más por cada parte de él en favor de aquellos que lo recen sin pecado mortal, de rodillas, devotamente; y a quienes perseveren en la devoción del Santo Rosario, en estas condiciones y meditaciones, les conseguiré, en premio de este servicio, plena remisión de la pena y de la culpa de todos sus pecados al fin de su vida.
Y que no te parezca esto increíble; es fácil para mí, pues que soy la Madre del Rey de los cielos, que me llama llena de gracia, y, como llena de gracia, haré también amplia efusión de ella sobre mis queridos hijos."

90) Santo Domingo estaba tan persuadido de la eficacia y los méritos del Santo Rosario, que no ponía otra penitencia a los que confesaba, como ya hemos visto en la historia de la dama romana a quien puso por penitencia un solo Rosario.
Los confesores deberían también, para seguir el ejemplo de este gran Santo, mandar a los penitentes rezar el Rosario con la reflexión de los misterios sagrados, prefiriendo esa a otras penitencias de menor mérito y que no son tan agradables a Dios, ni tan saludables para avanzar en el camino de la virtud, ni tan eficaces para impedir la caída en el pecado; además de que rezando el Rosario se ganan muchísimas indulgencias que no están concedidas a otras muchas devociones.

91) "Ciertamente -dice el Abad Blosio-, el Rosario, con la meditación de la vida y pasión, resulta muy agradable a Jesucristo y la Santísima Virgen y muy eficaz para obtener lo que se desea. Podemos rezarlo tanto por nosotros como por aquellos que nos fueron encomendados y por toda la Iglesia. Recurramos, pues, a la devoción del Santo Rosario en todas nuestras necesidades, y obtendremos infaliblemente lo que pidamos a Dios para nuestra salvación."