El Secreto admirable del Santísimo Rosario. 

San Luis María Grignon de Montfort

Cuarta Decena. Excelencia del Santo Rosario demostrada por las maravillas que Dios ha hecho en su favor.


40a Rosa

114) El Beato Alano de la Roche, el Padre Juan Dumont, el Padre Thomas, las crónicas de Santo Domingo y otros autores, que fueron muchos de ellos testigos oculares, refieren un gran número de conversiones milagrosas de pecadores y pecadoras después de veinte, treinta o cuarenta años en el mayor desorden, nada había podido convertirlos, y que se convirtieron por esta maravillosa devoción. Por temor a extenderme demasiado, no las referiré.
Tampoco he de referirme a las que yo mismo he visto; todas las omito por diversas razones.
Caros lectores, si practicáis y predicáis esta devoción, aprenderéis por propia experiencia, y experimentaréis felizmente, el efecto maravilloso de las promesas hechas por la Santísima Virgen a Santo Domingo, al Beato Alano de la Roche y a cuantos hagan florecer esta devoción que le es tan grata, que instruye a los pueblos en las virtudes de su Hijo y en las suyas, inicia en la oración mental y conduce a la imitación de Jesucristo, a la frecuencia de los sacramentos, a la práctica sólida de las virtudes y toda clase de buenas obras; a ganar preciosas indulgencias que los pueblos ignoran porque los predicadores de esta devoción apenas han hablado de ellas, contentándose con hacer del Rosario un sermón a la moderna, aunque sólo cause muchas veces admiración y ninguna instrucción.

115) En fin, me contento con deciros con el Beato Alano de la Roche que el Rosario es manantial y depósito de toda clase de bienes:
1) P Peccatoribus praestat poenitentiam;
2) S Sitientibus stillat satietatem;
3) A Alligatis adducit absolutionem;
4) L Lugentibus largitur laetitiam;
5) T Tentatis tradit tranquillitatem;
6) E Egenis expellit egestatem;
7) R Religiosis reddit reformationem;
8) I Ignorantibus inducit intelligentiam;
9) V Vivis vincit vastitatem;
10) M Mortuis mittit misericordiam per modum suffragii (2).
"Volo -dijo un día la Santísima Virgen al Beato Alano- ut psaltae mei in vita et in morte, et post mortem, habeant benedictionem, gratiae plenitudinem ac libertatem, immunesque sint a caecitate, obduratione, inopia ac servitute."
"Quiero que los devotos de mi Rosario obtengan la gracia y bendición de mi Hijo durante su vida, en la hora de la muerte y después de ella. Quiero que se vean libres de todas las esclavitudes y sean reyes verdaderos, con la corona en la cabeza y el cetro en la mano, y alcancen la gloria eterna. Amén."


(1) Oh dignísima Madre de la Sabiduría, acerca de cuya salutación, de qué forma debe rezarse, ya queda instruido este pueblo, te ruego para la salud de los fieles aquí presentes que obligues a estos tus enemigos a que abiertamente confiesen aquí la verdad completa y sincera.

(2) Los pecadores obtienen el perdón, Las almas sedientas se sacian, Los que están atados ven sus lazos deshechos, Los que lloran hallan alegría, Los que son tentados hallan tranquilidad, Los pobres son socorridos, Los religiosos son reformados, Los ignorantes son instruidos, Los vivos vencen la decadencia espiritual, Los muertos alcanzan la misericordia por vía de sufragios.

(1) Ef 5,1.