El Rosario Ampliado 

Padre Joseph Moran, O.P.

 

Habiendo considerado el mes pasado la forma normal o tradicional de rezar el Rosario, llegamos este mes a considerar aquellas líneas - guía contenidas en la Canta apostólica, las cuales, si las seguimos, nos pueden llevar a una oración más profunda o más fructífera al rezar el Rosario.

El Papa habla aquí de rezar el Rosario en una atmósfera de recogimiento prolongado. El recogimiento en la oración significa retirar nuestros pensamientos de las muchas cosas que pueden distraernos en nuestra oración, así liberando nuestras mentes para concentrarse en el misterio sobre el cual estamos reflexionando. El Papa habla de reflexión prolongada, la cual quiere decir que debiéramos estar dispuestos a dedicar bastante tiempo a esta forma de rezar el Rosario - un sacrificio que traerá muchas bendiciones.

Hay muchos que no hallarán posibilidad para dedicar el tiempo necesario para esta forma del Rosario cada día o tal vez no regularmente.

Algunos tal vez preferirán rezar este Rosario prolongado a solas. Otros encontrarán de más ayuda formar un pequeño grupo con algunos amigos y rezarlo juntos. Claro está que donde hay una persona disponible que conozca bien las líneas-guía, tal persona podría llevar un grupo grande a esta forma más contemplativa del Rosario. La formación y guía de tal grupo seria un apostolado de Rosario conveniente para algunos legionarios durante este año.

En el esquema de dibujada por el Papa para esta forma del Rosario hay cuatro puntos para tener presentes, a saber: el enunciado de cada misterio (apartador 29), la escucha de la palabra de Dios (apartado 30), el silencio (apartado 31) y entonces el rezo vocal de las oraciones Padre Nuestro, diez Aves Marías y la Gloria (apartados 32-34).

1) El enunciado del misterio es importante ya que uno puede recorrer el Rosario con mente distraído a no ser que haya un esfuerzo deliberado para enfocar la atención desde el principio. El título del misterio dirige la imaginación y la mente hacia un episodio o momento particular en la vida de Cristo. Es porque Dios quería asumir semblante humano que Jesús se hizo hombre y, a través de su realidad corporal, se nos conduce al contacto con el misterio de su divinidad. Si se desea, dice el Papa, un icono puede usarse aquí para ayudarnos a concentrar la mente en el misterio particular.

2) La escucha de la palabra de Dios: El Papa ansia que vinculemos el rezo del Rosario con la lectura de un pasaje particular de la Biblia, el cual puede ser corto o largo dependiendo de las circunstancias. "En efecto", dice, "otras palabras nunca tienen la eficacia de la palabra inspirada. Esta debe ser escuchada con la certeza de que es la palabra de Dios, pronunciada para hoy y "para mí". La lectura de la palabra de Dios en este contexto no es simplemente un asunto de consultar alguna información sino de dejar que Dios hable. En ciertas ocasiones importantes, esta palabra puede ilustrarse mediante un breve comentario (cf. # 30).

3) Silencio: "La escucha y la meditación se alimentan del silencio. Es conveniente que, después de enunciar el misterio y proclamar la palabra, esperemos unos momentos antes de iniciar la oración vocal, para fijar la atención sobre el misterio meditado. (cf. # 31).

La gente hoy ya no valora la importancia del silencio como una ayuda a la meditación y contemplación. Con María, dice el Papa, debemos aprender durante estos momentos de silencio a contemplar el rostro de Cristo. "La contemplación de Cristo tiene en María su modelo insuperable." (# 10).

4) La oración vocal: Venimos rezando tas oraciones vocales del Rosario toda la vida y sin embargo, al leer el comentario del Santo Padre sobre ellas, se nos abren nuevas percepciones de su significado. Conviene que cada uño tas lea por sí mismo. Se encuentran en los apartados 32, 33 y 34.

A lo largo del documento papal uno se da cuenta como el Santo Padre emplea las dos palabras de meditación y contemplación juntas frecuentemente. Esto se encuentra en varios de sus documentos recientes. En la meditación tratamos, con la gracia de Dios, de comprender el significado de un pasaje particular de la palabra de Dios y de asimilarlo. En cambio, la contemplación supone una más honda penetración, bajo la influencia especial de alguno de los dones del Espíritu Santo, en el significado del pasaje que se está considerando. La presencia de los dones indican un crecimiento más profundo en la vida espiritual - es por esto que el Papa habla tanto de la contemplación. El quiere que todos en la Iglesia crezcan en santidad.

En su mensaje para el Domingo misionero de este año, el Santo Padre coloca un triple ideal ante los fieles:
Una Iglesia más contemplativa: el rostro de Cristo contemplado.
Una Iglesia más santa: el rostro de Cristo imitado y amado.
Una Iglesia más misionera: el rostro de Cristo proclamado.
La renovada devoción al Rosario de este año puede ayudar a la Iglesia a alcanzar este ideal.