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El Santo Rosario San
Josemaría Escrivá de Balaguer
Quinto
Misterio Doloroso: La
muerte de Jesús
Jesús
Nazareno, Rey de los judíos, tiene dispuesto el trono triunfador.
Tú y yo no lo vemos retorcerse, al ser enclavado: sufriendo
cuanto se pueda sufrir, extiende sus brazos con gesto de Sacerdote
Eterno.
Los soldados toman las santas
vestiduras y hacen cuatro partes. —Por no dividir la túnica, la
sortean para ver de quién será. —Y así, una vez más, se
cumple la Escritura que dice: Partieron entre sí mis vestidos, y
sobre ellos echaron suertes. (Joann., XIX, 23 y 24.)
Ya está en lo alto... —Y, junto a
su Hijo, al pie de la Cruz, Santa María... y María, mujer de
Cleofás, y María Magdalena. Y Juan, el discípulo que El amaba. Ecce
mater tua! —¡Ahí tienes a tu madre!: nos da a su Madre por
Madre nuestra.
Le ofrecen antes vino mezclado con
hiel, y habiéndolo gustado, no lo tomó. (Math., XXVII, 34.)
Ahora tiene sed... de amor, de
almas.
Consummatum est. —Todo está
consumado. (Joann., XIX, 30.)
Niño bobo, mira: todo esto..., todo
lo ha sufrido por ti... y por mí. —¿No lloras?
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