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El Santo Rosario San
Josemaría Escrivá de Balaguer
Primer
Misterio de Luz: El Bautismo del Señor
Entonces
vino Jesús al Jordán desde Galilea, para ser bautizado por Juan
[...]. Y una voz desde los cielos dijo: —Éste es mi Hijo, el
amado, en quien me he complacido (Mt 3, 13.17).
En el Bautismo, Nuestro Padre Dios ha tomado posesión de nuestras
vidas, nos ha incorporado a la de Cristo y nos ha enviado el
Espíritu Santo.
La fuerza y el poder de Dios iluminan la faz de la tierra.
¡Haremos que arda el mundo, en las llamas del fuego que viniste a
traer a la tierra!... Y la luz de tu verdad, Jesús nuestro,
iluminará las inteligencias, en un día sin fin.
Yo te oigo clamar, Rey mío, con voz viva, que aún vibra: "ignem
veni mittere in terram, et quid volo nisi ut accendatur?"
—Y contesto —todo yo— con mis sentidos y mis potencias:
"ecce ego: quia vocasti me!"
El Señor ha puesto en tu alma un sello indeleble, por medio del
Bautismo: eres hijo de Dios.
Niño: ¿no te enciendes en deseos de hacer que todos le amen?
Fuentes:
Es Cristo que pasa, n. 128. Apuntes íntimos, n.
1741. Forja, nn .264, 300.
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