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El Santo Rosario San
Josemaría Escrivá de Balaguer
Conclusión
Amigo
mío: te descubrí un punto mi secreto. A ti, con la ayuda de
Dios, te toca descubrir el resto. Anímate. Sé fiel.
Hazte pequeño. El Señor se esconde
a los soberbios y manifiesta los tesoros de su gracia a los
humildes.
No temas si, al discurrir por tu
cuenta, se te escapan afectos y palabras audaces y pueriles.
Jesús lo quiere. María te anima. Si rezas el Rosario así,
aprenderás a hacer oración buena.
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