El Rosario produce abundantes frutos de santidad

Obispos de la Región Pastoral de Occidente, México

 

Los Obispos de la Región Pastoral de Occidente recibimos con mucho agrado la Carta Apostólica del Papa Juan Pablo II, acerca del Rosario de la Virgen María, y queremos exhortar a nuestros sacerdotes, religiosos (as) y fieles laicos, a impulsar este medio de oración que ha producido abundantes frutos de santidad.

El Rosario no es una oración difícil y al mismo tiempo es tan rica, que merece en verdad, ser mayormente apreciada por la comunidad cristiana, sobre todo en este «Año del Rosario», de octubre de 2002 a octubre de 2003, proclamado por el Papa, dejando a la iniciativa de cada comunidad eclesial, cómo integrar y consolidar los trabajos pastorales de las Iglesias particulares mediante la fecundidad del rezo del Santo Rosario (cfr. n. 3).

El poder del Rosario

A quienes consideran el Rosario una oración sin importancia y se centran únicamente en la Liturgia, que es el culto público oficial de la Iglesia, queremos advertirles que el Rosario no se opone, sino que le da soporte a la Liturgia misma, la introduce, la hace fructificar y ayuda a vivirla con plena participación interior, y promueve sus frutos en la vida diaria (cfr. n. 4).

Las actuales circunstancias históricas de terrorismo, atentados, secuestros y violencia en extremo, exigen un nuevo impulso a la devoción del Rosario como oración, pues contempla el Misterio de Cristo, nuestra paz, «que de los dos pueblo hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad (Ef 2, 14)» (cfr. n. 6).

Además, en estos tiempos urge salvar a la familia, tan amenazada por fuerzas disgregadoras. Dentro de la Pastoral Familiar, fomentar el rezo del Rosario en familia, resulta ayuda eficaz para defenderla (cfr. n. 6).

La invitación de María


La misma Santísima Virgen ejerce su amparo maternal para todos sus hijos por medio de la oración del Rosario, y Ella misma ha exhortado al pueblo de Dios en sus apariciones en Lourdes, Portugal (1858), y Fátima, Italia (1917), a que se aproveche esta oración contemplativa del Rosario, en la que muchos santos encontraron camino de santificación (cfr. 7 y 8).

La Virgen María es modelo de contemplación, para que con su mirada, los cristianos mediten los misterios de la vida de Cristo en el rezo del Rosario; porque sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma.

A los quince Misterios tradicionales del Rosario: «Gozosos», «Dolorosos» y «Gloriosos», el Papa Juan Pablo II agregó cinco «Luminosos» para contemplar a Cristo verdadera Luz del Mundo, que especialmente se manifestó en los tres años de su vida pública, porque el Rosario como compendio del Evangelio, es profundamente oración Cristológica tanto en la repetición del Avemaría como del Padrenuestro, y en la meditación de los Misterios.

Los nuevos Misterios

Los cinco Misterios Luminosos, propuestos por el Papa para el Rosario de los jueves son: «El Bautismo de Cristo en el Río Jordán», «La Revelación de Cristo Dios en el milagro de las Bodas de Caná», «El Anuncio del Reino de Dios, que Cristo predicó a las multitudes, invitando a todos a la conversión», «La Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor, en que fue presentado por el Padre Celestial como su Hijo amado» y «La institución de la Eucaristía, que Cristo hizo en la Última Cena, con el pan y el vino, sacramento pascual de su Muerte y Resurrección» (cfr. n. 2, 1).

«Queridos hermanos y hermanas: una oración tan fácil y al mismo tiempo tan rica, –nos dice el Papa– merece de veras ser recuperada por la comunidad cristiana... Pienso en todos vosotros, hermanos y hermanas de toda condición, en vosotras familias cristianas, en vosotros, enfermos y ancianos, en vosotros, jóvenes: ‘Tomad con confianza entre las manos el Rosario, descubriéndolo de nuevo a la luz de la Escritura, en armonía con la Liturgia y en el contexto de la vida cristiana...’ Que este llamamiento mío no sea en balde» (cfr. n. 43)

Esperamos que estas observaciones animen a todos a leer, una y más veces, la espléndida Carta Apostólica del Papa y captemos su vivo testimonio de amor a la Virgen María y, su confianza total en Ella.

Diócesis de Guadalajara
Sr. Cardenal Juan Sandoval

Diócesis de San Juan de los Lagos
Sr. Obispo Javier Navarro

Diócesis de Aguascalientes
Sr. Obispo Ramón Godínez

Diócesis de Tepic
Sr. Obispo Alfonso Humberto Robles Cota

Diócesis de Autlán
Sr. Obispo Lázaro Pérez

Diócesis de Zacatecas
Sr. Obispo Fernando Chávez

Diócesis de Ciudad Guzmán
Sr. Obispo Braulio Rafael León

Diócesis de Colima
Sr. Obispo Gilberto Balbuena

Prelatura de El Nayar
Sr. Obispo Antonio Pérez, O.F.M.

Obispos Auxiliares de Guadalajara:
José Trinidad González Rodríguez
Benjamín Castillo Plascencia
Miguel Romano Gómez
Rafael Martínez Sáinz
José María de la Torre Martín

Fuente: Semanario. Arquidiócesis de Guadalajara. México