El escapulario del Carmen

Padre Jesús Martínez García

 

¡Qué cosa más lógica que guardar fotografías de las personas que amamos! Al verlas nos viene a la mente su recuerdo y hacia ellas va nuestro cariño con el deseo. Por eso la piedad popular se ha plasmado en tantos miles y miles de imágenes de la Señora. Imágenes en madera, en piedra, en pintura. En todas las iglesias, en todos los hogares cristianos, encima de la mesa de trabajo, en la cartera... Pues sabiendo que esto es tan natural a las personas, ha querido que llevemos una fotografía suya muy cerca del corazón: la imagen de Nuestra Señora del Carmen en forma de escapulario. ¡Qué humano y maternal es este detalle! Imaginemos a una madre que le da a su hijo que va a emprender un largo viaje una cosa muy querida: toma esto que te protegerá y te traerá mi recuerdo; y para que no lo pierdas cuélgatelo al cuello. Pues eso es el Santo Escapulario.

La historia de este detalle maternal de nuestra Madre se remonta al siglo XIII. San Simón Stock, carmelita inglés, sexto General de la Orden carmelitana, acudió a la Santísima Virgen ante unas grandes dificultades por las que atravesaba su Orden. Hacia 1250 fue favorecido con la aparición de la Santísima Virgen, quien, rodeada de innumerables ángeles, le hizo esta promesa mientras le entregaba el escapulario: «Esto será privilegio para ti y para todos los carmelitas; todo el que muera con él se librará del fuego eterno. He aquí la señal de salvación, salvación en los peligros, alianza de paz y de pacto sempiterno». El Papa Benedicto XIV declaró ser verdadera la visión y que así debía ser creída.

Junto a esta promesa de la protección de la Virgen a la hora de la muerte y en los peligros a quienes lleven puesto el Escapulario, hay que añadir el llamado «privilegio sabatino», que consiste en la liberación del purgatorio el sábado siguiente a la muerte, siempre que se haya muerto en gracia de Dios. Este privilegio fue promulgado el 3 de marzo de 1322 por el Papa Juan XXII en la Bula Sacratissimo uti culmine.

Para obtener los privilegios del santo Escapulario basta con pertenecer a la Cofradía del Carmen. Se queda inscrito por el mismo hecho de la imposición que haga el sacerdote con un Escapulario de tela. Una vez impuesto, hay que llevarlo puesto habitualmente en vida, aunque ocasionalmente uno se lo quite por breve tiempo, y llevarlo a la hora de la muerte. Una vez impuesto el escapulario de tela, se puede llevar en vez de uno de tela una medalla escapulario, es decir, una medalla que tenga por una cara la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y por la otra una de la Santísima Virgen. Y es preciso guardar castidad conforme al estado de cada uno y rezar todos los días algunas oraciones, al menos tres Avemarías.

«Lleva sobre tu pecho el santo escapulario del Carmen. -Pocas devociones -hay muchas y muy buenas devociones marianas- tienen tanto arraigo entre los fieles, y tantas bendiciones de los Pontífices. -Además, ¡es tan maternal ese privilegio sabatino!» (San Josemaría, Camino).

Hablemos de la Fe
10. La Virgen María Jesús Martínez García
Ed. Rialp. Madrid, 1992 

Fuente: Jesusmartinezgarcia.org