Oración en la capilla de la Rue Du Bac

 

 

SS. Juan Pablo II

 

 

ˇBendita tú eres entre todas las mujeres! 
Has sido íntimamente asociada 
a toda la obra de nuestra Redención. 
Asociada a la Cruz de nuestro Salvador: 
Tú corazón fue traspasado junto a su corazón. 
Y ahora, en la gloria de tu Hijo, 
no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores. 
Velas por la Iglesia, de la que eres Madre. 
Velas por cada uno de tus hijos. 
Y alcanzas de Dios, para nosotros todas las gracias, 
que simbolizan los rayos de luz  que emergen de tus manos abiertas. 
Con la sola condición:  que nos atrevamos a pedírtelas, que nos acerquemos a Ti con la confianza, 
el atrevimiento, la sencillez de un nińo. 
Y así nos llevas sin cesar hacia tu divino Hijo.