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¡Enséñame, Oh Maria Auxiliadora!
Autor:
Enséñame, Oh María Auxiliadora, a ser dulce y bueno en todos los
acontecimientos de mi vida; en los desengaños, en el descuido de otros, en la falta de sinceridad de aquellos en quienes creí, en la
deslealtad de aquellos en quienes confié.
Ayúdame a olvidarme de mí mismo para pensar en la felicidad de otros; a ocultar mis pequeños sufrimientos de tal modo que sea yo el único
que los padezca.
Enséñame a sacar provecho de ellos, a usarlos de tal modo que me suavicen, no me endurezcan ni me amarguen; que me hagan paciente y no
irritable; que me hagan amplio en mi clemencia y no estrecho y despótico.
Que nadie sea menos bueno, menos sincero, menos amable, menos noble, menos santo por haber sido mi compañero de viaje en el camino hacia la
vida eterna
Amen
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