Madre del Redentor, crucificado y resucitado

Siervo de Dios SS. Juan Pablo II

 

Audiencia General, 6-IV-1988

Madre del Redentor, crucificado y resucitado, Madre que te has hecho nuestra en el momento en que Cristo, muriendo, cumplía el acto supremo de su amor por los hombres: ¡Ayúdanos! ¡Ruega por nosotros! Necesitamos vivir contigo como resucitados. Debemos y queremos dejar todo compromiso humillante con el pecado; debemos y queremos caminar contigo siguiendo a Cristo. "Succurre cadenti, surgere qui curat populo! ". La antigua antífona de Adviento se une hoy a la pascual: "Resurrexit sicut dixit, alleluia! Ora pro nobis Deum, alleluia!".

Tu Hijo ha resucitado; ruega por nosotros a tu Hijo. Nosotros también hemos resucitado con Él; nosotros también queremos vivir como resucitados. Ayúdanos en este "constante desafío a las conciencias humanas...: El desafío a seguir la vía del 'no caer' en los modos siempre antiguos y siempre nuevos, y del 'levantarse' " (Redemptoris Mater, 52).

Ora pro nobis Deum! Al aproximarse este tercer milenio cristiano, ¡ruega por nosotros a Dios! Líbranos del mal; de la guerra, del odio, de la hipocresía, de la mutua incomprensión, del hedonismo, de la impureza, del egoísmo, de la dureza de corazón. ¡Líbranos!
Ora pro nobis Deum! Alleluia.

Fuente: vatican.va