Invocación a Maria, Madre de Dios implorando la plena pureza

Siervo de Dios SS. Juan Pablo II

 

Angelus. 8-XII-1989

3. Oh María, ¿qué simple creatura humana será más amiga y testigo de la Verdad que tú? ¿Qué simple creatura es más enemiga del mal y del error? Enséñanos, ante todo, a creer en la posibilidad de una plena pureza, aunque nuestras miserias ―personales y sociales― nos impulsen a considerarla inalcanzable. Enséñanos a creer firmemente en esta posibilidad y a perseguirla con valentía a lo largo de toda nuestra vida, hasta la gloria celeste. 

Amén.

Fuente: vatican.va