Invocación a María en la Fiesta del Sagrado Corazón

Siervo de Dios SS. Juan Pablo II

 

Varsovia, 11 de junio de 1999

Conscientes del gran desafío que tenemos ante nosotros, invoquemos la ayuda de la santísima Virgen, Madre de Cristo y Madre de la Iglesia. Que ella guíe al pueblo de Dios más allá del umbral del milenio que está a punto de comenzar; lo ilumine por los caminos de la fe, la esperanza y la caridad; y, especialmente, ayude a todos los cristianos a vivir con generosa coherencia su consagración a Cristo, que tiene su fundamento en el sacramento del bautismo y que se confirma oportunamente en la consagración personal al Sacratísimo Corazón de Jesús, el único en quien la humanidad puede encontrar perdón y salvación.

Fuente: vatican.va