Y tú, María, Madre de Cristo

Siervo de Dios SS. Juan Pablo II


Carta a los sacerdotes con ocasión del Jueves Santo 3-III-1996

Y tú, María, Madre de Cristo, 
que nos has acogido junto a la Cruz 
como hijos predilectos con el Apóstol Juan, 
sigue velando sobre nuestra vocación.
Te confiamos los años de ministerio 
que la Providencia nos conceda vivir aún.
Permanece a nuestro lado para guiarnos 
por los caminos del mundo, 
al encuentro de los hombres y mujeres 
que tu Hijo ha redimido con su Sangre.
Ayúdanos a cumplir hasta el final 
la voluntad de Jesús, 
nacido de ti para la salvación del hombre.
Cristo, ¡Tú eres nuestra esperanza! 
«In Te, Domine, speravi, 
non confundar in aeternum».

Fuente: vatican.va