Oración a nuestra Señora del Buen Consejo

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Oh gloriosísima Virgen, escogida por decreto
eterno del Altísimo para ser la Madre del Verbo
encarnado, tesorera de las divinas gracias y
abogada de los pecadores, yo, tu muy indigno
siervo, a ti recurro a fin de que te dignes ser mi
gufa y consejera en este valle de lagrimas.
Consígueme, por la preciosísima Sangre de tu
divino Hijo, el perd6n de mis pecados, la salvaci6n
de mi alma y todo cuanto sea necesario
y útil para obtenerla.
Intercede también para que la Iglesia triunfe
sobre sus enemigos y el reino de Jesucristo se
propague por toda la tierra.
Amen.