Madre de los ausentes

Pedro Casaldáliga

 

Madre de los ausentes, umbral de la ternura recobrada:
Todos los hijos pródigos te llaman, sin saberlo, 
con la boca vacía bajo los algarrobos desmayados 
mientras muere la tarde sin respuesta en la ausencia de Dios. 
Refugio de los muertos pecadores, hogar de todo llanto:
Tú que sabes la pena de haber perdido a Cristo 
y buscarlo en las calles, día y noche, 
y preguntar inútilmente a todos, desvivida en la busca de su Cara… 
¡recoge en la gavilla de tus brazos a todos los pródigos que llaman, tiritantes de neón y de frío, 
¡y acógelos a todos, oh Seno de la vida!, 
¡congréganos a todos, bajo el techo del júbilo paterno, con el pan del amor entre las manos nuevas…!

Fuente: cipecar.org