Natividad de María

San Antonio

Te rogamos, pues, Señora nuestra, para que tú, que eres el lucero del alba, expulses con tu esplendor la nube de las sugestiones diabólicas, que cubre la tierra de nuestra mente. Tú, que eres la luna llena, llena nuestro vacío y disuelve las tinieblas de nuestros pecados, para que merezcamos llegar a la plenitud de la vida eterna y a la luz de la gloria sin fin!. 

Dígnese concedérnoslo aquel que te creó para que fueras nuestra luz; aquel que, para nacer de ti, hoy te hizo nacer a ti. 

¡A El sean honor y gloria por los siglos de los siglos!. ¡Amén! ¡Así sea! 

Fuente: franciscanos.net