Purificación de María

San Antonio


Te suplicamos, pues, oh Señora nuestra y excelsa madre de Dios, en la natividad de tu Hijo, a quien engendraste permaneciendo virgen, a quien envolviste en pañales y recostaste en el pesebre. impétranos de tu Hijo su benevolencia y cura con el emplasto de tu misericordia las quemaduras de nuestra alma, que nos procuramos con el fuego del pecado. Y así, gracias a tu misericordia, mereceremos llegar al gozo de la fiesta eterna. 

Nos lo conceda aquel Jesús, que hoy se dignó nacer de ti, oh gloriosa Virgen. A El sean el honor y la gloria por los siglos de los siglos. ¡Anién! ¡Así sea!. 

Fuente: franciscanos.net