Mujer del silencio y de la escucha

 

 

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Eres mujer del silencio y de la escucha,
eres Virgen vigilante de esperanza,
dócil siempre al Espíritu de Dios,
escuchas sus palabras y las guardas.

Y la palabra se hace entraña en ti,
te enamoras y te llenas de Palabra.
¡Qué bien negociaste con Dios, María,
ganaste divinidad casi por nada!
¡Y que mal negoció Dios con nosotros,
recibió mercancía envenenada!

Tú asumes el anhelo de los pobres,
la más pobre y pequeña de su raza;
es el Sí de los pobres al buen Dios
el Sí de Dios a la pobreza humana.
Ensalza a los humildes, los hambrientos,
profetizando el día de mañana.
¡Todo será mejor, será distinto,
el mundo del amor y de la gracia!

Eres María icono y anticipo
de nueva creación resucitada.
Bendita tú, María, madre;
eres la caridad inmaculada.

Fuente: Santuario de Angosto, PP Pasionistas, Vilanañe, Alava