Querida Madre del Adviento y de la Nochebuena

Autor:

 

El don que nos haces es traernos a Jesús.
Él irrumpe en tu vida como un huracán
Y has hallado así tu gran amor:
Su cuerpo, su rostro, su nombre y su corazón.
Lo has acogido como la Esclava del Señor, y pudiste exclamar:
¡Hoy ha llegado la salvación a esta casa!

Nos quieres regalar al fruto bendito de tu vientre,
A este Niño que “dispersa a los soberbios y exalta a los humildes”,
Que sacude al mundo trayéndole el fermento de la libertad, que es la gracia.
Canto de esperanza y hombre nuevo,
Que nos hace renacer a una relación de amor hasta hoy desconocida.
Que surja del fondo de nuestro ser, en esta Nochebuena,
El canto de elección, la dulzura y optimismo que tú experimentaste la noche de Belén.

Escucha, Madre, el murmullo obstinado de tus hijos:
Acompaña a los tristes y solitarios,
Regala a todos la verdadera dignidad,
El pan, el trabajo, la vivienda, la instrucción, la salud y la justicia.
Así podremos gozar de la felicidad y la paz que anunciaron los ángeles.

Sumérgenos hasta el fondo de ese mar
Que es sentirse amado del todo,
Sin que nada quede fuera o separado,
Sin que nada pueda romper las oleadas de victoria en nuestras vidas.
Este torrente que todo lo envuelve y arrasa:
Navidad, amor y paz

AMEN.

Amén