¡Que tu paso inmaculado me abra el camino de la pureza y de la paz!

 

Beato Bartolo Longo

 

María, Madre Inmaculada de Jesús, mi tierna Madre, Reina del Santo Rosario, que te has dignado escoger como morada el valle desolado de Pompeya para iluminar el mundo con tus gracias y misericordias, dígnate posar sobre mí tus ojos llenos de compasión y acéptame como tu servidor y como tu hijo que te ama y te dice en voz alta: ¡Madre de misericordia!

Escucha mis quejas: que tu paso inmaculado me abra el camino de la pureza y de la paz. Que suene en mis oídos la dulzura de tu voz, mi dulce Señora, pues tus palabras son vida. Ábreme tus manos llenas de gracias, socorre a este indigno servidor que te implora y líbralo de las trampas de sus enemigos.

Haz que lleguen hasta mí las dulces cadenas de tu Corona con las que atraes a los corazones más rebeldes y q mi corazón cautiva para que no se aleje jamás de ti. Oh, Rosa de toda pureza, que la aroma de tu perfume me lleve al amor del Paraíso. Amén.