La Santísima Virgen María encinta

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Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra,
bendita seas por haber acogido en tu seno virginal
a Jesucristo nuestro Redentor.
Ruega por todos los padres y las madres, para que reciban agradecidos el don preciosísimo de la vida que Dios les confía.
Dales la fortaleza necesaria para amar y proteger a sus hijos desde el momento de la concepción.
Tú que concebiste, gestaste y nos diste con Cristo la vida divina, comunica especialmente a las madres la alegría de ser fuentes y depositarias de la vida humana.
No permitas en ellas pensamientos de muerte,
Sean cuales fueren sus circunstancias, y haz que un día puedan llegar en compañía de sus hijos a contemplar eternamente al fruto bendito de tu vientre, Jesús. Amén.

Licencia Eclesiástica de la Comisión Episcopal
De Pastoral Familiar, Arquidiócesis de Guadalajara, México