Salve, ciudad de refugio

Frei Bernardino de Busti

 

Salve, ciudad de refugio,
Torre de David provista
de poderosas defensas,
y con armas guarnecida.
En tu Concepción, ardiendo
en la caridad divina,
Tú del infernal dragón
quebrantaste la malicia.
Salve, pues, oh mujer fuerte,
salve Tú, Judit invicta,
Abisag, virgen hermosa,
que al David del cielo aviva.
Raquel llevó en sus entrañas
quien salvó la gente egipcia:
pero al Salvador del mundo
llevó en las suyas María.

 Amén