Fui ofrecida y donada a ti 

Santa Catalina de Siena

 

Oh Mana, portadora de fuego,
María, María, templo de la Trinidad.
María, donadora de misericordia.
María, recompradora
de la humana generación,
porque sosteniendo tu carne,
en el Verbo, fue recomprado el mundo.
Jesús compró con su Pasión
y tú con el dolor de tu cuerpo
y de la mente.
Oh Maria, mar pacifico,
Maria, donadora de paz.
María, tierra fructífera,
María, eres planta de la cual tenemos
la flor perfumada
del unigénito Hijo de Dios
porque fue sembrado en ti.
Oh María, carro de fuego,
tú llevaste el fuego oculto
bajo la ceniza de la humanidad.
Oh dulcísimo amor mío, María,
a ti acudo, oh María,
a ti te ofrezco mi oración
por la dulce esposa de Cristo,
tu dulcísimo Hijo,
y por su Vicario en la tierra.
Hoy pido audazmente
porque es el día de las gracias,
y sé que a ti, María, nada se te niega.
Oh María, bendita seas
entre todas las mujeres
porque hoy tu tierra
nos ha germinado
al Salvador, tú nos has dado
de tu harina.
Hoy la deidad está unida y empastada
con nuestra humanidad tan fuertemente
que jamás se puede separar esta unión,
ni por la muerte ni por nuestra ingratitud.
Haz, oh María, que nunca me salga
del corazón, ni de la memoria, ni del alma,
que fui ofrecida y entregada a ti.
Te pido, pues. que tú me presentes y me
ofrezcas al dulce Jesús, tu Hijo; y tú lo
harás como dulce y benigna Madre de misericordia.