Virgen llena de gracia

Himno, Liturgia de las Horas

Virgen llena de gracia, Madre de los vivientes,
bendita por los siglos más que todas las madres.
Cubierta por la sombra fecunda del Espíritu,
engendras en tu seno la luz que alumbra al mundo.

Tu Corazón escucha la Palabra de vida,
la conserva en las hondas moradas de la sangre
y la medita siempre con amor y ternura.
La fe te hizo dichosa, Madre feliz del Verbo.

Pobre y humilde esclava del señor de la gloria
abrasada en el fuego del manantial divino,
precedes a la Iglesia, peregrina hacia el Padre,
en fe y en esperanza y en amor invencible.

Junto al árbol de la cruz redentora,
mientras el fruto santo de tu vientre agoniza
y aceptas el suplicio de la punzante espada
que atraviesa tu alma, tú nos tomas por hijos.

Formaste a los Apóstoles con tu oración asidua
para ser luz del mundo en medio de los hombres.
Fórmanos a tus hijos en la ardorosa fragua
de tu florido seno, colmado ya de gloria.

Hoy, con gozo radiante, tus hijos celebramos
el Amor de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu,
que llenaron de gloria tu Corazón sagrado
y lo llenan de gloria por siglos infinitos. Amén.